Relato titulado: Capítulo 13.

                                                         Rubén Darío Vallés Montes
                                                                       Capítulo 13

...me levanto es imposible dormir, no me has llamado, no me has dicho nada, no sé dónde te has metido, pedazo de golfo. Ojalá te hayas muerto, ojalá te hayas pillado una sífilis o una gonorrea. Ojalá  que se te caiga a cachos. Toda la tarde preparándome para ti, esperando que aparecieras, y ni un triste sms me has mandado. Ya me había yo emperifollado, toda la tarde pensando qué ponerme, cómo peinarme, qué zapatos quedarían a juego con aquel vestido, si sería mejor ponerme el pantalón vaquero ese que me dijiste que me quedaba muy bien, que me hacía un culo precioso, tu caramelito me dijiste. Menudo gilipollas. ¿Dónde estarás metido, pedazo de cabrón? ¿Te habrá pasado algo? Dios no lo quiera, no sabría que hacer. ¡Qué va!..., estarás por ahí con los cafres de tus amigos, cogiéndote el pedo del año, ¡mamón! Y ni siquiera te acuerdas de mí, ni te preocupo, ni te importo un carajo. Yo soy tonta perdida, mira que me lo tengo dicho una y otra vez, no..., no..., no te enamores, son todos iguales. Pero me tuve que fijar en ti, en el más payaso, el más tonto, el inútil, el golfo incorregible. Soy idiota, no sé por qué soy tan débil, una y otra vez tropiezo con la misma piedra, no tengo remedio. Pero es que es tan guapo el condenado. No puedo pegar ojo, doy vueltas y vueltas en la cama, miro de nuevo el reloj, las tres y media. ¡Dios no puedo dormir!, de nuevo tengo hambre. Quizás si veo un poco la televisión me entrará sueño. Qué idea más estúpida, si enciendo la tele se me pondrán los ojos como platos, me pondré más nerviosa, volveré a ver otro capítulo repetido de españoles por el mundo y lloraré porque me querré ir allí, a cualquier sitio lejos de aquí. ¿Qué me retiene? No me retiene nada. Tendría que irme, no sé..., ¿dónde podría irme? ¿Y cómo me voy ir yo ahora con todo el follón que tengo encima? Siempre igual..., no puedo conmigo misma. No me extraña que no me haya llamado el maldito idiota, se habrá hartado de mí, soy una histérica, soy insoportable, a todos los asusto; el primer mes bien, no hay problema, me controlo, al segundo me voy soltando y empiezan a darme largas. Da igual, que los jodan, tampoco eran grandes cosas, ¿a esta edad qué te vas a encontrar?, es difícil, a esta edad ya quedan los del montón, los excluidos, los inmaduros, los estúpidos, ¡bah... mierda! Tengo hambre, no debería comer, a estas horas de la madrugada es cuando las calorías se quedan incrustadas. Ya lo sé..., pero si no como algo me va a ser imposible conciliar el sueño. Bueno, un poco de helado no me hará mal, qué pena que te lo tengas todo que hacer tu sola, que no tengas nadie que te preparare un Cola Cao, que te arrope, que te de un besito, que te lleve a la cama. Es penoso llegar a esta edad y encontrarme así, tan sola. Qué bueno está el helado, ¡madre mía! ¿Madre mía qué voy a hacer con mi vida? Lloro. Ni una lágrima más, no seas tonta. Tú vales mucho, eres una mujer hecha y derecha, independiente, no le debes nada a nadie. ¿Es que acaso están mejor tus amigas las casadas? ¡¿No, verdad?!..., ellas tienen que dar explicaciones a sus mariditos, tienen que cuidar a sus niños, aguantar a sus cuñadas, a sus suegras. Tú no tienes que dar explicaciones, tu entras y sales, te vas con quien te apetece, aunque sólo sea un si te he visto no me acuerdo. Tú vales mucho nena, lo único que necesitas es un poco de confianza en ti. Llevas razón. Tampoco me veo nada mal en el espejo, es verdad que ya no tengo dieciocho años, es verdad que tengo alguna que otra cana, alguna que otra arruga, ¡pero qué coño!, soy una mujer de verdad, no una barbie tonta de postal. Adiós bonitos años de juventud, se despide de vosotros esta pedazo de mujer. ¡Si, claro que sí! Ahora estoy mejor que nunca, necesito cambiar de aires, eso es todo, una escapada a la playa, relajarme en la montaña, cambiar un poco de hábitos, eso es todo. Y lo demás no tiene importancia. Por fin algo de fresco, por fin corre el aire. ¡Oh Dios que noche más mala!, qué sueño tengo... Mañana si llama, no sé si se lo cogeré. Tendría que hacerle sufrir. Se lo merece, esto no se hace. A lo mejor, le ha surgido algo importante, o se ha quedado sin batería. No sé... Tampoco es tan malo, me hace reír. ¿Dónde estará metido el idiota? Qué sueño..., cuando lo vea le voy a retorcer los huevos...

XVIII Concurso Narraciones Breves Ideal de Granada. Agosto 2014.
Rubén Darío Vallés Montes


Comentarios

Entradas populares de este blog

Tres poemas porno eróticos de amor y desdicha

El Molino de Dúrcal

Poema en prosa. María