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Poema en prosa. María

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La chica se llama María , gracias a D. Preciosa. Veintidós años. Morena, de pelo largo negro como la noche, andaluza de tez canela y ojos de miel recién abiertos a la primavera de la vida. Carita de niña adulta, velluda, carita de muñeca. Un cuerpo de Romero de Torres, realmente una chiquilla linda, con dientes blancos como la nieve pura, bien alineados y sanos. Su mirada seria, no sonríe, pero le hablo algo, porque estoy reventado de trabajar, y de esto y de lo otro de mi ya larga vida de buey. Así que le saco una sonrisa, y ella se abre un poco, no soy un mal tipo. Y me cuenta. Y no sé ni porqué ha sido. Compartimos asiento de atrás de un Citroën C5, con quince años de antigüedad, conducido por un hombre mayor de profesión chofer de bus, de la Carolina, Jaén. Ella va a Nerja, allí tiene a su novio, a su familia. Yo a Castell a relajarme y a saludar al mar poderoso como Neptuno. Así que me cuenta, y no sé decirte porqué, ni el cómo ha salid

A mis amigos

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   A MIS AMIGOS ¿Te acuerdas cuando jóvenes?, cuando íbamos por ahí, paseando, o sentados en los últimos asientos del autobús, y de pronto algo ocurría o no ocurría nada, y empezábamos a reír, y llorábamos de risa sin saber porqué, y era mirarnos y revolcarnos de risa, hacíamos lo que nos salía del alma, lo pasábamos realmente bien de acá para allá, el mundo era nuestro hermano. Lo pasábamos divertido, como si fuéramos los putos amos del universo hermano. ¿Te acuerdas? Aquello era genial. ¿Te acuerdas las caras de la gente como nos miraban como si fuéramos extraterrestres, o pequeños demonios, o duendes del parque?, y contra más nos miraban, más caras de imbéciles se les ponían, ¡cómo nos miraban aquellos gilipollas!, y contra más nos miraban, más nos reíamos nosotros de aquellos estúpidos. Porque era cierto, y no estábamos equivocados, aquellos tipos eran unos auténticos gilipollas. Era un espectáculo vernos r

La familia no nos quiere

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La familia no nos quiere Qué mal nos quiere papá, qué mal nos quiere mamá, qué mal nos quieren los abuelos. Estos NINIS ni estudian ni trabajan, pero no es cierto. Esta juventud está dormida, no se interesan por nada, no se interesan por la política decían, pero no es cierto. El mundo está loco dicen: corrupción, guerras, caos, desorden; y ahora estos perro flautas; es lo que faltaba, ¿a dónde hemos llegado? Y miran a sus hijos, a sus nietos, asustados. Dios quiera que no lleguen al gobierno, y este pensamiento no los deja dormir, les perturba su paz y su sosiego. Los culpables señalados, sus hijos, sus nietos; lo mismo de siempre: esta juventud está perdida, botellón y botellón, ¿dónde podríamos encerrarlos? Pero papá y el abuelo se pone tibios de cubatas, mientras echan sapos y culebras, a menudo se anestesian la nariz; mamá y la abuela duermen su aflicción con pastillas para el descanso del cuerpo. ¿ A dónde quieren llevarnos estos rojos 2.0, esta tribu de desarrapados? Treme