Terremotos Animados

Granada, 26 de octubre 2019 Sr Director de Ideal. El motivo de este escrito es volver a pedirle trabajo. Desde finales del 2012 hasta mediados de este 2019 he escrito regularmente, mes a mes, artículos para el periódico. La gran mayoría han sido publicados. Curiosidades y anécdotas de estos artículos ha habido muchas, también polémicas. Cabe reseñar que el primer artículo que mandé al periódico se publicó como columna, todos los demás, al menos sesenta artículos, han sido publicados por IDEAl en la sección de Cartas al Director. Ya le digo, anécdotas sobre los artículos ha habido decenas, hasta el punto que muchos lectores piensan y creen que yo trabajo para IDEAL DE GRANADA. Agradezco la publicación de estos muchos artículos, cómo no. Artículos, muchos de ellos, que han sido publicados también en GRANADA HOY. Lo que evidencia que no estaban nada, pero que nada mal. A mi esta actividad me llena y me satisface, pero no me da de comer. Gracias a mis artículos y a mi actividad literaria

Conservadurismo extremo. Eso no se hace, eso no se dice, eso no se toca. Los jóvenes de los setenta, hoy son mayores, son los que han vivido el esplendor del Reino de España, las vacas gordas, el gran reparto. Aquellos jóvenes que cambiaron la nación, los que llevaron al país a la modernidad, a la champion league de los Estados más potentes del mundo, los que renovaron el sistema y lo democratizaron. Hoy mayores, orgullosos de su legado, de una sociedad libre, democrática, ocupan los puestos de relevancia en la sociedad, académicos, empresarios, políticos, funcionarios con una larga carrera, artistas consagrados, literatos, trabajadores de base que levantaron el país a fuerza de trabajar duro. Los jóvenes de ayer son los mayores de hoy, con sus casas, sus coches, sus cómodas vidas, sus preocupaciones, los achaques, las pensiones de jubilación, sus buenos médicos, sus cirugías, sus viajes, sus cuentas en los bancos, sus dineros invertidos, sus aficiones. Qué formalidad, qué

NIÑOS FACEBOOK Niños en redes sociales. No gracias. Papás, mamás, familias del mundo; el derecho a la imagen y la intimidad es privado, derecho del menor, propiedad exclusiva de nuestras criaturas amadas. Nuestros querubines, nuestras princesitas, son una bendición de Dios, pero no son nuestra propiedad. Cada vez que cuelgas una foto de tu criatura, violas su derecho a la imagen, su intimidad y honor. Es linda tu descendencia, no cabe duda, y tú estás orgulloso, pero cada vez que subes una foto de tu niño al ciberespacio, su privacidad queda expuesta. Sí, expuesta en ese almacén gigantesco de datos privados que es facebook, ese banco gigantesco de información sobre nosotros que gratuitamente nos ofrece la red social, y que con tanta pasión llenamos de contenido; nosotros somos el producto con el cual la multinacional factura miles de billones de dólares. La información es poder y dinero. Nosotros se lo damos gratis a cambio de un rato de entretenimiento. Podría resultar que el