Terremotos Animados

            Entonces resulta que yo soy jueves, un impío, +  un piojoso, + un pelirrojo social, un excremento que amenaza la colectividad, si me fumo un cigarrillo cerca de un parque infantil. ¡Ah!, hay niños, plantas y animales, a todos doy mal ejemplo, aparte de cargarme mis pulmones, mi cutis, el medio ambiente, y mi imagen social. ¡Disculpen!, ¡ruego acepten mis disculpas!             Y viene el tito  Sheldom Adelson de las Vegas Nevada (EEUU) y pone sus condiciones: ejem...ejem..., -dice con voz ronca y el talonario en la mano- lo primero y fundamental es poner las cartas boca arriba, no me gustan las cartas marcadas, los chicos van a venir aquí a divertirse, a pasarlo en grande..., ejem..., eso de fumar..., ejem...,  no lo veo claro..., mejor déjennos ustedes que nosotros decidamos, quién, dónde, y cuando podrán echarse un pitillo los chicos..., ejem..., nosotros sabemos cómo funciona el negocio... ¿Está claro...?             Y el tito Sheldom Adelson se explica claro como u

Un país que desprecia su cultura, que lleva a sus artistas hasta el ostracismo más profundo, la miseria, que los silencia en vez de potenciarlo. Que trata a la cultura como a un enemigo. Que no fomenta el potencial artístico de su pueblo, que más aún lo enfrenta a la sociedad pintándolo como una panda de vagos y maleantes vividores. Un país donde los poderes tratan a sus artistas como pordioseros, sin darles oportunidad de desarrollar su trabajo, de hacer crecer a la sociedad. Un país dominado por unos entes que controlan, que trata a la cultura de esta forma, trasmitiendo al pueblo una imagen negativa de estás personas, fomentando hacía ellas, desprecio y desconsideración, en vez de admiración y respeto. Un país así esta condenado al deterioro, a la ignorancia, a la muerte, al desastre. Pues es un cuerpo sin alma, una sociedad vacía de espíritu, donde sólo impera la desesperanza y la desdicha. Pues si algún valor tiene el arte, en todas sus vertientes, es llenar eso tan humano que ll

Me levanto cuando el sol sale, tranquila mañana. Calma, los pájaros vuelan por el cielo azul. Todo está tranquilo, en paz. Aún estoy sonámbulo, se respira paz. El sueño, el descanso, ha sido bueno, era bonito. Tranquilamente me digo que debo tomarme un café, para empezar el día, es el ritual de la mañana. Cargo la taza de la cafetera, un recuerdo me dice que el mundo esta boca abajo, que todo está echo una mierda, que si corruptelas, que si crisis, que si guerras... Creo que no es verdad, que eso es una pesadilla, que es incierto, que el mundo está en la dicha en la felicidad, como mi cielo azul, con sus pájaros cantando, y el cuadro inmenso de un horizonte de nubes grandiosas cargadas de vida y esperanza. Apago la hornilla, el café está preparado. Quisiera quedarme aquí. En este mundo particular mío, sin mentiras, sin sospechas, sin defensa...pues nada hay que temer. Pero hay que despertar, entonces el primer sorbo, el primer cigarro de la mañana,