Sebastían Pérez
SEBASTIÁN PÉREZ
Será por tanto
Granada Noir, erre que erre, que todo me parece una película de
gánster. Y es que si un tipo te suena por noticias como: ten cuidado
cuando andas con la moto no vaya a ser que sufras un accidente; o
votaciones del partido manipuladas; o compañeros del partido
expulsados, o silenciados; o juntas de gobierno acusadas de esto y
aquello, (de llevárselo doblado, arruinar a un ayuntamiento, a una
ciudad); exalcalde defenestrado del que nadie quiere saber en su
partido, del que nadie parece saber nada, ni tan siquiera
conocerlo…Todo...todo… resulta extraño, y frío, incluso
peligroso.
Pero esto debe ser
por la mala influencia del Granada Noir, y lo que parece una película
del género negro donde los malos se juntan con los buenos, y todo
sale a la superficie hinchado y oliendo a peces muertos, debe ser
solo eso, una mala influencia del Granada Noir. Porque claro, ¿por
qué no va a ser un buen alcalde para Granada Sebastián Pérez? Un
señor que ha sido hasta presidente de la Diputación de Granada, un
señor amigo del presidente de la Junta y del candidato de los
Populares a presidir el Reino de España. ¿Quizás da menos miedo el
señor del fular Paco Cuenca o el sempiterno periodista Antonio
Cambril o el ambidiestro candidato de Ciudadanos?
No sé…, la verdad
que cuando los veo, ya digo, influenciado malamente por Granada Noir,
me huelo que algo se traen entre manos, que son tipos, como menos de
cuidado.
Pero me calmo,
porque las películas te hacen que la imaginación se dispare, y
pueden llevarte a suponer disparates. Aunque con una mirada más
amplia, más allá de la colina de la Alhambra, e incluso del tiempo,
me doy cuenta que las grandes ciudades del planeta son regidas por
señores que al levantarse por la mañana y mirarse al espejo se
dicen: que no se entere la mano derecha lo que hace la mano
izquierda. No sé, tanto Noir tanto Noir, que ya uno va con el
retrovisor puesto. Y aquí entra en juego la filosofía: el mal, el
bien, lo correcto y lo sucio; es una balanza de difícil contrapeso;
un peso que hay que saber sobrellevar, aunque supongo que cierto tipo
de gente incluso disfruta con este andar al filo de la navaja.
Una gran ciudad como
Granada, debe ser muy difícil de gobernar, supongo que hay que saber
muy bien jugar las cartas, tener mano diestra, cabeza fría, y saber
incluso sentarte a charlar tranquilamente con el ángel de la luz.
©2019.
Rubén Darío Vallés Montes.
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