Mujer que pintas iglesias









MUJER QUE PINTAS IGLESIAS

Todos los hombres son malos,
las mujeres todas buenas.
Los hombres son todos unos hijos de puta,
las mujeres todas unas santas.

El hombre siempre denigra,
el hombre solo quiere a lo mujer como objeto,
para follarla, y hacerla su criada.

La mujer siempre lo hace de corazón,
ella no tiene intereses ocultos
solo se guía por su puro corazón,
y el sexo es secundario,
la mujer no piensa con el coño
ni con el monedero.

Papá siempre fue un cabrón dictador,
pero en casa mandaba mamá,
y se hacía siempre lo que ella decía,
y así nos educaron.

Y así salimos, hijos de puta,
que vamos matando a mujeres
con la metralleta por la calle,
así salimos de hijos de puta,
por supuesto más idiotas que cualquiera de las mujeres.

Porque las mujeres siempre son más listas,
como mamá, que siempre está ocupada,
porque los hombres no saben hacer nada,
nada de nada, son unos inútiles.

Y ganan más, y ganan más,
y son borrachos, y puteros,
y hay competencias entre las putas,
que tiene hijos cabrones y futuros asesinos,
que lloran como hijos de puta pidiendo
otro biberón, con pezón denigrante,
mordiendo la teta, los salvajes,
imponiéndose,

como cabrones enanos.
A las pobres mujeres,
que no saben de violencia,
ni de maltrato, ni de drogas, ni de alcoholismo,
ni de maltrato, ni de rapiña, ni
nada de nada que no sea
ser unas santas.

©2019. RUBÉN DARÍO VALLÉS MONTES.

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