OJO.ARGENTINA
Ojo. Argentina.
Al igual que ya sucedió en la
reciente crisis Europea, precedida por la macro crisis Argentina, el
llamado “corralito”, la historia vuelve a repetirse. La moneda
argentina se devalúa, pierde valor en el mercado de divisas. Así
Argentina se vuelve a ver inmersa en un gran problema. Debe cientos
de millones de dólares a los prestamistas internacionales, los que
le dieron liquidez a su economía. Y los políticos del gobierno,
economistas y funcionarios a sueldo, echan las culpas de la
devaluación de la moneda y el caos económico, a los movimientos
internacionales de las grandes divisas, la subida del petroleo, los
conflictos internacionales, y las estrategias geopolíticas de las
potencias del mundo. Temen la huida de las grandes corporaciones
multinacionales . Y el cambio de del peso a otras monedas más
solventes del ahorrador argentino y las grandes fortunas familiares,
antes de que la moneda estatal pierda a un más valor en el mercado.
La solución que proponen desde dentro, aconsejada por agentes de
fuera, es sencilla. Acudir al Fondo Monetario Internacional.
Organización en manos privadas al igual que la Reserva Federal de
Estados Unidos. Esto es el ultraliberalismo económico global, más
allá, inclusive, que el viejo modelo capitalista, de la simple
explotación y producción en manos privadas. Este ultraliberalismo
global, ya no produce, ni crea; “maneja”, ese es el concepto, el
capital en sí mismo. Mueve las divisas, las hace bailar un
apasionado tango, en las pistas rebosantes de público de las bolsas
internacionales, con un lenguaje computado que marca un ritmo
infernal de números binarios. Ellos tienen sus propias reglas fuera
de conceptos de Estado, Patrias, o idearios políticos obsoletos,
pues la filosofía científica que se emplea es la meramente
económica. Ellos son el poder. Sin duda. Y el poder manda. Y
castiga. E impone reglas.
Por lo tanto, el gobierno actual
argentino del Sr. Macri; negocia ante la falta de fluidez económica,
y perdida de valor de la moneda; negocia atemorizado o contribuyendo
al temor de la ciudadanía; proponiendo como una solución factible,
posible, tal vez la única, recurrir de nuevo a los prestamistas
internacionales del FMI, dueños a su vez de todas las grandes
multinacionales del planeta. Y esta negociación implica, a parte de
endeudar aún más al país, subir los impuestos a las clases medias
y bajas, con deducciones fiscales a las grandes fortunas y las
grandes corporaciones internacionales, y llevar a cabo, por
supuestos, reformas sociales, como son la reducción de sueldos y
pensiones, liberalización laboral, privatización gradual de la
sanidad pública a favor de las empresas privadas, reducción en
gastos educativos y sociales, subida de la vivienda y los precios del
alquiler, e implantación de subida de los precios en bienes básicos
como la electricidad, gas, y agua, amén de la alimentación. Un pack
completo y suculento, un frotarse las manos ante un buen trato, a
cambio, una inyección de cientos de millones de dólares con las que
hacer frente a todo el complejo entramado funcionarial estatal, pagos
a proveedores, pago de la deuda exterior, es decir, al prestamista
FMI, lo que es igual que decir, salvar al país de la catástrofe.
Entre la espada y la pared, la huida a
delante es lo que queda. Ante la deuda que muerde y avisa ruina,
firmas otra hipoteca, aún mayor, para pagar la primera y aumentarla
dos veces con la segunda o la tercera, reunificándolo todo,
negociando nuevos intereses, para así poder, al menos, seguir
respirando por un tiempo, y comprarte algo que te haga olvidar el
desastre, aunque sepas que no es tuyo y lo tienes en cierto modo
fiado. Pero existe eso que llaman la auto-mentira, que consiste en
taparte ojos, boca y orejas, para auto sugestionarte de que no tienes
el aliento del coyote encima del cogote. Si es necesario un extra de
olvido, los fines de semana está recomendado, incluso, perder la
conciencia, lo recetan los psicólogos, ...che. Al fin y al
cabo nos vamos a morir todos, no creen boludos,
esto es un puro baile de mascaras. ¿No es cierto? Nos
moriremos de gusto, aunque sea brindando con cerveza. Pero la deuda
sigue ahí, como la suegra incómoda y callada que se mece en la
chirriosa hamaca de anea, pendiente siempre de lo que se traen los
pibes entre manos, no
vayan a lastimarse, tan jóvenes, con tanta vida por delante, para
cuando crezcan sacar la cartilla y hacer inventario, ¿lo entendes
pelotudo? ¡Ya!, dice la
mayoría, cuando
crezcan que arreen ellos con la vieja.
Lo
hermoso del Estado y la Patria, es que los que firman el contrato,
los que negocian los términos,
trabajadores, al fin y al
cabo, de los prestamistas; como el cajero del banco que trabaja para
la entidad y a su vez tiene deudas personales con ella; lo hermoso es
que los que piden el préstamo para el Estado, esos
que se dan golpes de pecho y lloran al besar la bandera, no
se endeudan ellos, endeudan a toda la Nación, y más tarde, cogen
sus carteras se anudan las corbatas y
se largan, dejando
a los siguientes mandatarios con el marrón en
el tejado, y cuatro años
para excusarse
diciendo que la culpa fue de los otros, los malos, los que tras el
mandato y la firma del rescate, vuelven a sus respectivos trabajos en
la Gran Corporación Internacional y sus sucursales esparcidas como
racimos de uva por todo el globo, con los méritos y los premios,
claro está, de haber hecho un buen trabajo.
Así que
prácticamente el gobierno del Estado queda como gestor de los
intereses del gran prestamista, FMI. Como función principal el
recuperar el dinero prestado, recoger impuestos, facilitar lo máximo
posible a las grandes corporaciones sus negocios e inversiones,
haciéndolas más rentables y poderosas. Y vigilar, vigilar es muy
importante, a la ciudadanía, para que acepte con la mejor cara
posible el nuevo sistema, poco a poco instaurado.
Porque
hay que comprender que estos son otros tiempos. Y las cosas y el
sistema cambia. Se implementa sobre el implemento. Y es de salud
mental aceptar las cosas, interiorizarla, asumirlas, y resetear la
máquina para olvidar los requiebros de la mente que intenta
engañarte pibe, no la
dejes que tome el control de tu persona. Arriba los ánimos. De nada
beneficia una actitud negativa y pesimista. Por ahí andan en
proyecto los coches voladores, las ciudades subterráneas, los
trasportes ultra rápidos en tubos impulsados por aire a presión
como supositorios de diseño, los viajes estelares tripulados a
todo trapo surcando las ondas del espacio sideral, la conquista y
colonización de planetas misteriosos, la computación supersónica
en un papel de grafeno, los robot personales, los Transformers, el
fin de discapacidades como la ceguera, la sordera, la inmovilidad de
los miembros, la manipulación genética, el ser perfecto y longevo,
el fin de la vejez. ¡Claro! ¡Arriba los ánimos!
Antes
hay que ir caminando hacía las monedas universales, agrupando, al
igual que ocurre con la unificación bancaria. Caminar hacia la
moneda virtual universal. Para ello, para cumplir estos objetivos hay
que cambiar los modelos económicos, distribuir los sectores de una
forma global; esto aquí, esto allí, esto lo tiro, lo destrozo, lo
vuelvo a construir, como si estuviéramos en un tablero planetario,
distribuyendo los muebles, cambiando y renovando el mobiliario y los
fondos de armario. Y eso no lo puede hacer un gobierno de forma
individual, eso solo lo puede hacer un gobierno puesto por el
capital, un gobierno fuerte global, privado,
que se encargará de llevar a
cabo el gran proyecto y mirar
por el bien común de la humanidad.
Así que si el modelo económico era el sector primario, ganadería,
agricultura, vieja industria incluso, y se considera que, lo
apropiado, lo mejor, es extirparlo, o destruirlo, o mudarlo de su
lugar de origen, y establecerlo en la otra parte del planeta donde
será más beneficioso y productivo, se hace y punto, no hay problema
ni por qué preocuparse. Se cambia el modelo económico por otro que
convenga más a la zona en cuestión, ya sea por cercanía, por
desarrollo tecnológico, por infinidad de cosas que quizás tú hoy
no puedes comprender ; pero tienen fundamentados
motivos. Y se cambia el asunto, y se cambia el sistema económico por
una gran industria del turismo, por ejemplo, un potente y
floreciente sector inmobiliario, se construyen,si hace falta,
casinos por aquí y por allí, como en las Vegas o en la Meca; lo que
tú imaginación sea capaz de imaginar; ¿una piscina de olas como
un campo de fútbol
te apetece?; también es factible; el escenario del disfrute y el
placer, donde vengan gente de todo el mundo con divisas potentes a
gastar su plata en ocio y tiempo libre, a comer a saco, a disfrutar
de la gastronomía, del clima, de la belleza autóctona, a comprar y
gastar a lo grande, también en vivienda; a pasar aquí la vejez, o
la macro fiesta, o lo que haga falta, porque es barato, porque los
precios son muy asequibles y no existe un lugar igual en todo el
globo. Por ejemplo. Y así se hace, así de sencillo, y no pasa nada.
Porque hay que ser positivos y hay que adaptarse a los tiempos.
Enterrar a Dios y glorificar al Dinero. Esa es la misión. Si nos
adaptamos a las nuevas tecnologías, a internet, al móvil, a los
coches eléctricos; nos adaptamos a todo y no pasa nada. ¿No crees?
Las gallinas que entran por las que salen, como dice el cómico
televisivo., el que se parece al payaso alcohólico de los Simpson.
Así se soluciona
todo. Y lo que ayer era la catástrofe universal, el hundimiento del
piso, hoy por arte de magia de los despachos ocultos, son solo
sonrisas, mensajes de emoción positiva, fortuna, Maneki-neko,
gatitos de la suerte chino moviendo repetidamente arriba y abajo su
patita izquierda de la prosperidad, buena energía, rayos cósmicos
de buenísmo ilustrado, barritas de incienso, abrazos fraternales,
congratulaciones, festejos y diásporas amenizadas por tunas y
saltimbanquis de la cuerda floja; y aquí no ha pasado nada amigos,
que ha sido todo un chiste de pésimo gusto, un mal sueño,
resetéense, sigan disfrutando de la vida, del sol, del sexo, y no se
preocupen por nada, por nada, porque esto va estupendamente.
©Rubén
Darío vallés Montes. Mayo 2018.
Publicado por el periódico mensual WADIAS. Junio-Julio 2018.
Publicado por el periódico mensual WADIAS. Junio-Julio 2018.
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