Flor de Lis. Inverosímil.
Un miembro del Centro Artístico de Granada me ofreció escribir en esta revista semestral. Funciona a modo de boletín interno donde escriben y publican textos, (opinión, ensayo, poesía, etcétera), sus miembros. En 1917, en este mismo boletín, publicó Federico García Lorca su primer texto literario con dieciocho años.
Se me sugirió que el texto no fuera superior a 2000 palabras. Preferiblemente el texto debería ser un relato, pero comuniqué que posiblemente les mandara un poema, a lo que no se me puso ninguna objeción.
Al cabo de dos meses les mandé el poema que compartí en uno de los post que figuran en este mi blog. http://viajeamenorca.blogspot.com/2018/04/extremadamente-respetuoso.html Pero el poema no pareció convencer, ya sea por el tema, el modo , la forma, extensión. Así que me sugirió que les mandara, mejor, un relato de aproximadamente 1500 palabras. Recomendándome que me comprara el diccionario de María Moliner, especificándome para la compra que fuera el completo actualizado de dos volúmenes. El que vale 150 euros.
Yo quería publicar este poema "Extremadamente respetuoso", que es una alabanza a la vez que crítica al modo operandis social y particularmente académico. Esta revista con solera, prestigio, y relación con Lorca, me parecía una buena oportunidad para mostrar mi faceta como poeta. Pero no pudo ser. Bien. Así que les mandé este relato:
FLOR DE LIS
Estaba
en la calle o en casa, luego, o antes, había gente y no era un
ambiente de fiesta, si algo se respiraba era sexo. Lujuria. Por allí
estaba un amigo que conocí hace tiempo, un amigo al que se coge
aprecio pero no llega a ser amigo. Este chico pedía en la calle,
antes tocaba la guitarra en la calle. Allí estábamos en esa casa
grande, por lo menos el salón o lo que fuera aquello era amplio.
Entonces había por allí un tío excitado conmigo que me miraba
pidiéndome sexo; se desnudó y se quedó totalmente en pelotas
tumbado sobre un colchón enorme, empalmado. Yo buscaba con la mirada
caliente a una tía que estaba por allí, regordeta, con grandes
tetas, el pelo rubio corto a modo de hombre y con una boca preciosa
de piñón carnoso. Casi por solidaridad, más que por otra cosa, me
acomodé junto al tío en pelotas. Le cogí la polla y lo empecé a
masturbar fuertemente; antes se la chupé un poco y al momento el tío
se corrió como un perro excitado. Nada más correrse, como el que ha
cumplido una misión solidaria, me fui en busca de la chica, la
agarré de la cintura y nos empezamos a besar y a meternos la lengua,
al rato estábamos follando y follando, todo ella carne cama y
placer. Luego estaba en la calle con mi amigo el mendigo con unas
fotocopias, de ostentoso oro. Y así nos reíamos y nos lo pasábamos
bien, mientras la gente paseaba y miraba sorprendida nuestra broma de
crítica social. Pusimos a un cura que se había echo famoso, un
corrupto de la iglesia, y lo llenamos de tiras de oro. Llegó la
policía temida y salimos corriendo, cada uno por una calle; calles
laberínticas de una ciudad milenaria judía y musulmana. Él tiro
por las calles de la derecha y yo por las de la izquierda, huyendo de
la guardia urbana. Me escondí en una casa antigua, casi dormida,
habitada por okupas cerca de una iglesia, esperé allí y volví a la
calle; me dirigí a la plaza central de la ciudad donde un famoso
artista, joven, pintaba un mural sobre cristaleras grandísimas. Me
senté en los escalones de la plaza y lo estuve observando un rato
mientras pintaba con esponjas sobre el cristal. Alguien le había
dicho que yo decía que su pintura había perdido esa originalidad y
calidad de antaño, y él se sentía molesto conmigo. Nos fuimos de
allí hablando sobre lo enfadado que estaba el pintor conmigo y nos
reímos de los policías que como dóberman vigilaban las calles de
nuestra ciudad. Unos pequeños pájaros negros se lavaban sus plumas
negras como el carbón sobre las capuchas de las chimeneas, estiraban
sus alas y se picoteaban el pico, un martilleante sonido de despertar
rotundo sonaba en el reloj de las ocho, constante, martilleante, sin
apenas sol, mientras los pájaros negros decidían despegar de su
hogar caliente y volar por el cielo denso y nublado cargado de
humedad sonora. La boquita de piñón me miraba tras sus tetas
fluorescentes de móvil. Su pelo plateado, sus curvas, su boca de
piñón, su boquita pequeña y dulce, redonda como una O, o como un
donuts dulce, rosa, repleto de sangre joven, me miraba envenenada con
gusto de verano, con sus anchas costuras, y sus fuertes pechos; le
cogí la cabeza, la besé, le manoseé los pechos, le tiré de los
pezones, y ella se puso de rodillas y me comió la polla con gusto.
Antes de correrme le desabroché el pantalón vaquero, le bajé las
bragas, tenía el coño igual que sus labios, chico, prieto,
precioso, jugoso como la flor de la pasión. Se lo comí un rato
metiendo la lengua entre sus montículos preciosos. Se quitó la
blusa negra y la tumbé sobre el mostrador vibrante y golpe a golpe
la follé.
Llegó
una bandada de pájaros negros. Todos se posaron en el tejado, sobre
la chimenea, en la boca de la chimenea, sobre la antena que mira al
este, todos reunidos como en un bautizo, todos reunidos en linea
recta sobre la antena, piando, esperando, charlando tranquilamente,
esperando que llegara el novio.
©Rubén
Darío Vallés Montes. 19-Diciembre-2013.
Al día siguiente me contestaron desde la Real Academia de las Letras y las Artes de Granada de esta forma:
Amigo Rubén:
Gracias por el envío
de tu relato.
Hay
algunas cosas que me gustaría que, por favor, me aclararas:
1.-
Veo que el relato es del 2013, ¿es inédito? En el Boletín, como
sabes, sólo publicamos inéditos, menos alguna excepción muy
concreta.
2.-
Explícame, por favor, brevemente, el sentido del relato: ¿qué
tratas de contar?, ¿qué quiere decir?, ¿qué significado tiene?
3.-
Encuentro reiteraciones, bajo mi punto de vista, que afean la
redacción y que van en rojo para que las revises, y también en rojo
van cosas que no entiendo el sentido que tienen y te ruego me
aclares:
-
Fuera… era (reiteración)..
-
“Fotocopias de ostentoso oro”: ¿qué es eso?
“Tiras de oro”:
no se entiende qué se quiere decir con ello.
-Cuando
el protagonista encuentra al pintor, va él solo. Pero a
continuación, dices: “nos fuimos de allí”, y “nos reímos”…
No se comprende eso, si un momento antes estaba solo…
-“martilleante…
martilleante” (reiteración).
-
“boquita de piñón… boca de piñón” (reiteración).
-“anchas
costuras”: ¿…? No entiendo eso. ¿No será “anchas caderas”?
-“Pechos…
pechos” (reiteración, aparte de que los pechos de una mujer no son
“fuertes”; fuerte puede ser el pecho de un hombre, no el de una
mujer.
-“Precioso…
preciosos” (reiteración).
-“Todos reunidos…
todos reunidos” (reiteración).
-“Esperando…
esperando” (reiteración).
-“Charlando” :
los pájaros no charlan…
Excesivos uso de los
gerundios, que señalan indefectiblemente a los novatos, por lo cual
debieras evitarlos.
¿Qué
quiere decir el último párrafo? ¿Por qué los pájaros esperan al
novio, se supone que de “boquita de piñón”?
Te
ruego que revises todo esto, que, bajo mi modesta opinión,
mejoraría bastante el relato. Así como está ahora mismo, no puede
salir en el Boletín, Rubén. Sé que tú puedes hacerlo bastante
mejor, y en el Boletín del Centro Artístico sólo se pueden
publicar textos de calidad.
Ánimo, y ponte a
trabajar, por favor.
Me sentí insultado, claro está, pero a la vez satisfecho, por la crispación creada con mi relato, que era una de las intenciones que pretendía crear con su publicación o no publicación. Pero debía contestar a semejante agravio y así lo hice:
Buenos días:
Vamos a ver.
En primer lugar, gracias por prestarle
atención al texto y tomarte la molestia de tus sugerencias y
correcciones.
Respondo. Sí. Es inédito. Para
responderte a cuál es el sentido, el propósito etc..., te comento.
Como bien sabes en literatura , en todas sus variantes, teatro,
ensayo, poesía, relato, novela, como la literatura universal que lo
abarca todo, los estilos, tendencias, formas, son infinitas; lo que
la hace rica de matices, voces, pensamientos, y formas de contar.
Igual ocurre con la música, donde existen diferentes estilos
musicales, y llegados a este siglo XXI, entramos en un proceso de la
experimentación más absoluta nutriéndonos de toda la historia
musical, conjugando todo y creando estilos, mezclas nuevos, ayudados
por los nuevos métodos de la electrónica y la informática. Lo
mismo ocurre con la literatura, y cualquiera de las artes que
existen, y existirán. Dicho esto, cada lector, no ya cada escritor,
tiene su bagaje y gustos literarios, de los que se nutre , inspira, y
aprende. Cuando pasas al grado de escritor, yo empecé a escribir con
17 años, tengo 41, y nunca he dejado de escribir, ( tengo más de 6
novelas escritas, cientos de relatos y cuentos, cientos de artículos,
pequeños ensayos, y más de seis libros de poemas), aunque sólo
este publicada la novela que tú ya conoces; como te digo, cuando
pasas al grado de escritor, ya que lector siempre se es, y es una
cosa bien difícil, a la par que grata, se pretende, ni siquiera
pretender sería la palabra adecuada, digamos que sale una voz propia
que va haciéndose como si fuera una vida propia. Ya que escritor no
es un oficio, ni una profesión, ni un profesional de las letras, eso
es otra cosa, escritor es vida y arte o no es nada.
Creo que este punto está
suficientemente aclarado. Paso al siguiente. Como bien sabes, está
la literatura automatizada, la literatura del absurdo, la realista,
la onírica, la del subconsciente, la fantástica, etc etc etc. El
dar todo tremendamente mascado al lector, a mi entender, y como gusto
literario, es tremendamente aburrido a la par que es crear una
separación entre el escrito y el lector, no haciéndole partícipe
de la lectura, y convirtiéndolo en un sujeto pasivo, un consumidor
más. Y este concepto de la literatura me parece repugnante. Porque
considero, que el lector es un ser inteligente con capacidad de
raciocinio más allá de modas corrientes o academicismos.
Por lo tanto, responder a la pregunta
sobre qué significa, qué quiero contar, etc... está de más. Cada
cuál y ahí está la CLAVE que interprete lo que le venga en gana.
Hay libros Juan, muchos de geniales escritores de la literatura
universal a los que admiro, aprendo de ellos, y considero maestros y
amigos, porque siento un lazo fraternal y de comprensión a ellos,
que me une más allá del espacio tiempo; los cuales, tras leer
ciertos libros, no he entendido nada, o partes de sus obras, que aún
así, me maravillaban y me llevaban al éxtasis de seguir y seguir
sin poder parar. Y son esos libros, con alma y magia, los que a mí
me embelesan.
Respecto a las reiteraciones. Tengo
poco que comentarte. El texto es así lleva un ritmo, no se trata de
tener más o menos vocabulario, me parece una tontería, porque las
reiteraciones están buscadas a propósito y no se trata ya te digo
de demostrar ni mi inteligencia, ni mi cultura, ni mi vocabulario, ni
nada por el estilo.
Así que creo haberte respondido a tus
cuestiones.
El texto no se cambia ni en una coma.
Si no te parece bien publicarlo, es
asunto tuyo. Y lo respeto y agradezco tu consideración y
ofrecimiento.
Pero, el hecho de suponer, que me falta
bagaje, y posicionarte como experto y maestro. Me parece demasiado.
Ya que yo elijo a mis maestros, con los que incluso, a menudo, puedo
no estar de acuerdo; eso sí, siempre con respeto y cariño por las
dos partes.
Lo dicho.
Agradezco tu tiempo. Tu consideración,
y tus sugerencias.
Si consideras que no tiene la calidad
literaria que los lectores de la revista requieren, no pasa nada. Lo
comprendo y lo entiendo. No me molesto por ello.
Saludos.
Rubén Darío Vallés Montes
Post: Disculpa si encuentras
imprecisiones gramaticales en este texto. Está escrito sobre la
marcha y a vuela pluma, sin segunda lectura.
A las pocas horas se me contestó por whatsApp algo así: Valoro el valor y la honestidad de tu respuesta. Pensaré en ella, y veremos lo que hacemos. Eran las cinco de la tarde. A las nueve de la noche recibí un correo electrónico donde se me comunicaba: No quiero hacerte perder el tiempo, ni crearte incertidumbre. Lo he consultado con miembros del Boletín y hemos decidido no publicarlo. No dejes de escribir. Ánimo.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Besos a todos y saludos desde Granada.
8 de mayo 2018.
Rubén Darío Vallés Montes.
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