Un presidente amortizado





 
   Un presidente amortizado

Como los electrodomésticos, obsolescencia programada, el Presidente de Gobierno está llegando a su vida útil. Hay que reemplazarlo. Al igual que una lavadora envejecida por el uso, por los cientos de kilos de ropa que ha limpiado, empieza a dar muestras de deterioro. Se atranca, no responde correctamente, se obstruye; el depósito lleno de basura, huele, consecuencia de los cientos de kilos de ropa sucia limpiada. El motor necesita ayuda extra para seguir girando a buen ritmo. A menudo nos sorprende perdiendo agua. No hay solución posible. No da para más. Sigue limpiando, pero la ropa no queda bien, la empeora, la desgasta, la deteriora, y muchas prendas hay que desecharlas por el maltrato sufrido.
No existe otra solución, el electrodoméstico, al igual que nuestro presidente, no da para más, no se le puede pedir más. Ha hecho un trabajo eficiente cuando hacía falta, pero ya está amortizado. Se necesita un electrodoméstico nuevo, se necesita un presidente nuevo. Porque el mal funcionamiento, el estancamiento, el deterioro, es tan evidente y pronunciado, que no se puede aguantar por más tiempo. Hay que comprar uno nuevo. Un electrodoméstico último modelo, que haga, de nuevo, un trabajo eficiente, que no cree problemas, y que nos de soluciones en vez de generar problemas.
Así es el sistema, así es la obsolescencia programada. Renovación de la maquinaria para que todo siga funcionando correctamente. Ha llegado el momento de guardarlo con mimo en el museo de los jarrones chinos. 
 
©Rubén Darío Vallés Montes 2018.

 Artículo publicado el 21.02.2018 en Ideal de Granada, pag 29. 




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