Un presidente amortizado
Un
presidente amortizado
Como
los electrodomésticos, obsolescencia programada, el Presidente de
Gobierno está llegando a su vida útil. Hay que reemplazarlo. Al
igual que una lavadora envejecida por el uso, por los cientos de
kilos de ropa que ha limpiado, empieza a dar muestras de deterioro.
Se atranca, no responde correctamente, se obstruye; el depósito
lleno de basura, huele, consecuencia de los cientos de kilos de ropa
sucia limpiada. El motor necesita ayuda extra para seguir girando a
buen ritmo. A menudo nos sorprende perdiendo agua. No hay solución
posible. No da para más. Sigue limpiando, pero la ropa no queda
bien, la empeora, la desgasta, la deteriora, y muchas prendas hay que
desecharlas por el maltrato sufrido.
No
existe otra solución, el electrodoméstico, al igual que nuestro
presidente, no da para más, no se le puede pedir más. Ha hecho un
trabajo eficiente cuando hacía falta, pero ya está amortizado. Se
necesita un electrodoméstico nuevo, se necesita un presidente nuevo.
Porque el mal funcionamiento, el estancamiento, el deterioro, es tan
evidente y pronunciado, que no se puede aguantar por más tiempo. Hay
que comprar uno nuevo. Un electrodoméstico último modelo, que haga,
de nuevo, un trabajo eficiente, que no cree problemas, y que nos de
soluciones en vez de generar problemas.
Así es
el sistema, así es la obsolescencia programada. Renovación de la
maquinaria para que todo siga funcionando correctamente. Ha llegado
el momento de guardarlo con mimo en el museo de los jarrones chinos.
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