Glamour

GLAMOUR. A las siete de mañana, en el metro, a 5°, recién levantados, camino al trabajo, un martes, cuando aún queda una hora para que aparezca el sol, en el metro, en el traqueteo constante y suavón, es difícil tener glamour, entre gorros, bufandas abrigos, a las siete de la mañana, es difícil encontrar glamour. No hay música, ni alegría, ni sonrisas ni flamenco. Es difícil encontrar glamour, es difícil, suficiente es encontrar a las personas aseadas, bien peinadas y afeitadas, algún perfume atractivo, y ningún psicópata en el vagón que quiera destruir el día. Aunque si una se lo propone, si está al acecho, con vibración positiva como se dice en el ambiente cult, si una va así, siempre puede encontrar una chispa de eso que llamamos glamour en unas piernas, unos zapatos, un culo bonito, alguien que lee un libro, aunque es difícil a estas horas zombies. Aunque lo verdaderamente difícil a estas horas de la mañana es levantar pesas en el gimnasio y hay personas que lo hacen. Glamour.

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