Conservadurismo extremo


Conservadurismo extremo.

Eso no se hace, eso no se dice, eso no se toca. Los jóvenes de los setenta, hoy son mayores, son los que han vivido el esplendor del Reino de España, las vacas gordas, el gran reparto. Aquellos jóvenes que cambiaron la nación, los que llevaron al país a la modernidad, a la champion league de los Estados más potentes del mundo, los que renovaron el sistema y lo democratizaron. Hoy mayores, orgullosos de su legado, de una sociedad libre, democrática, ocupan los puestos de relevancia en la sociedad, académicos, empresarios, políticos, funcionarios con una larga carrera, artistas consagrados, literatos, trabajadores de base que levantaron el país a fuerza de trabajar duro. Los jóvenes de ayer son los mayores de hoy, con sus casas, sus coches, sus cómodas vidas, sus preocupaciones, los achaques, las pensiones de jubilación, sus buenos médicos, sus cirugías, sus viajes, sus cuentas en los bancos, sus dineros invertidos, sus aficiones.
Qué formalidad, qué buen hacer, cuantos modales. Un ejemplo a seguir. Pero cuando eran jóvenes los ves ahí, en plan revolucionarios, inconformistas, provocadores, con modales insultantes en muchos casos, dando guerra, enfrentándose a lo establecido, al orden, a la religión, a la autoridad.
Y ahora los escuchas, los observas, y todo lo que viene de la juventud, juventud de cuarenta años para abajo, todo, les parece mal, son más conservadores que un electrodoméstico de ultra congelación. Si protestas porque protestas, si te quejas por que te quejas, si insultas porque insultas, todo les agrede, incluso una estúpida rueda que se sale del camino es un incordio . Ellos están en su película perfecta, en la prefijada, en la de los cánones, en la que no se sale de los circuitos de distribución de Hollywood. Ellos están en echar para atrás la gramola, en hablarse para ellos mismos con el discurso bien aprendido, un día de traje y otro con el pañuelo al cuello, como hace un clérigo en misa. Ellos están en la cima de la pirámide, ellos mandan, y para todo hay que pedirles permiso, porque si no se enfada el señor, y entonces, pues ya sabes lo que toca. ¿No cree usted? Así que ahora pontifican y escriben sus titulares, y tiran del manual como aquel pedante que sienta cátedra para marcar distancia, para dejar claro donde está la línea divisoria que separa su espacio y el tuyo.
Así que esto atufa por todo lados, lo pinten como lo pinten, lo vendan como lo vendan, no por mucho marear la perdiz va a dejar de estar dura. El plato de lentejas está lleno de perdigones. Así que este es el hermoso escenario que nos dejan, ni siquiera huevos duros, después de ponerse ciegos de prosperidad; y nos dejan con este panorama, un panorama sin futuro, donde la fachada del edificio se desconcha dejando en evidencia que los cimientos son de argamasa, y sufren de humedad y deterioro; pero no, ellos te dirigen la mirada a otro escenario, y te llaman irreverente como poco, pasándote la mano por el lomo perro flauta, con esa aptitud lo tienes crudo, te dicen, hombre no seas negativo que así no ganas nada, hombre... tampoco... no exageres no es para tanto, compórtate, esa no son formas, deberías ser más moderado, sobre todo educado y respetuoso.
No lo entiendo, miro a esos jóvenes de ayer, y no se parecen en nada a los mayores de hoy, son otros, no son la misma persona, los han abducido. Parecen Fabio McNamara que después de una vida libre y libertina, abraza el catolicismo más férreo, reniega de todo el pasado, e invita a los pecadores a ir a misa y rezar todo los días el rosario, después de haberse pegado una vida de sexo, drogas, y rock and roll, y ahora, enfermo y decrépito, llama desde la colina al rebaño proclamando que se alejen del pecado que todavía están a tiempo de salvarse, redención grita con su voz de hilo tartamuda; qué cosas... después de haber sido un gran renovador en tantos aspectos, un vanguardista rompiendo moldes, ahora se cobija como un ratón austero y encorsetado sastre de la libertad. Y alguien se pregunta sorprendido e incrédulo, si se le ha ido la cabeza al pobre McNamara, si se ha vuelto loco, porque esto, amigos, no es normal.

Excelente, fantástico, genial, se dicen unos a los otros, qué idea tan grandiosa, y seguidamente..., a ver si nos vamos a comer, conozco un restaurante que es una maravilla, lo más top, te ponen unas gambas rellenas de tuétano de almejas rebozadas en harina de alga de percebes que te mueres de gusto. Cínicamente se confiesan, brindando con un buen vino, yo... qué quieres que te diga..., esto lo miro como observador, es todo un placer para un historiador ser un voayer de los hechos. ¿Los chicos...? Bueno..., pobres chicos, ellos no saben de nada, todo el día con el móvil, las redes, esas tonterías. Ya..., ¿esos que molestan?, bueno... ni caso... déjalos que ya se estrellaran solos, no te preocupes. Sí, tengo una conferencia la semana que viene, ya sabes, un viaje de placer. ¿Los muchachos...?, no te preocupes, están controlados. Por cierto, cuando quieras me llamas y nos damos un paseo en mi barco. 

Publicado por por periódico IDEAL DE GRANADA 6-11-2017 // Día de la constitución española.

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