Mr Miseria
Rubén
Darío Vallés Montes.
Mr
Miseria
-I-
Alguien se pone de
parto...
y todo se hace silencio.
Un perro perdido,
un barco varado a la
deriva,
azote de las olas, sin
rumbo, indefenso,
anda el africano por las
calles de mi pueblo.
Desde el monte Gurugú,
tras la valla de la
muerte,
la repugnancia y el
diablo
de occidente.
Como un alma en pena anda
el africano,
por las calles de mi
pueblo, ...el tuyo.
No sabe dónde está,
truena la realidad
perdida,
en su cara la desdicha,
los años desiertos,
animal bonzo
sobreviviendo en el monte Gurugú.
¡Qué bien los lobos
gendarmes!
¡Qué bien los pixbull
de verde!
Cero corazón cero
sentimiento.
En su alma la muerte,
el hambre, el frío, la
desgracia.
Flotando en el aire,
espíritu errante,
cruzando el puente sobre
jirones,
arrastran su cuerpo
descompuesto
zapatillas basura.
Él no está aquí.
No está en ningún
parte.
Esta muerto.
No sabe. No contesta.
Cruzando la frontera de
las ratas,
hacinados mendigos
esperan en el centro.
Lo han soltado. Lo han
echado.
No hay pienso para
alimentar al ganado.
Como un perro sarnoso
deambula
por la calles de mi
pueblo, ...el tuyo.
-II-
Alguien se pone de
parto...
y todo se hace silencio.
Camino absorto, podría
hablar con él,
ofrecerle una cama, un
tiempo en casa.
una ducha, darle ropa,
zapatillas,
un plato caliente de
comida.
Eso debería hacer yo si
fuera una persona.
Si fuera humano le
abriría las puertas de mi humilde casa.
Lo invitaría, tan
siquiera, a una taza de café en esta terraza.
Giro la cabeza con temor.
Una sombra.
Es Salgüire esperando
clavar el cuchillo.
Humo. El fantasma se ha
esfumado.
El espejismo ha sido
arrollado en las vías del tren.
No.
No era un fantasma,
ni el espejismo ha
muerto.
Era un hombre pobre de
solemnidad,
roto, como un puzzle
estrellado contra el suelo.
-III-
Alguien se pone de
parto...
y todo se hace silencio.
Me siento en la terraza
del bar,
pido un café, leo el
periódico local,
el papel impreso está
lleno de excrementos,
vómitos sanguinolentos,
corrupción y ruina.
“... el nigeriano al
que la Guardia Civil tiró de la valla de Melilla
provocándole numerosos
traumatismos, ha perdido el riñón y
sufre una grave contusión
en la columna vertebral que quizás
lo deje parapléjico...”
sigo leyendo noticias
“... la Junta crea un
protocolo que prevendrá los suicidios
ante el aumento de
casos...”
más abajo otra noticia
macabra
“... un hombre está
siendo juzgado por apuñalar dieciocho veces
a su ex novia e
introducirle posteriormente objetos por el ano
y su aparato genital...”
Me quedo sin palabras.
Mudo. Ciego. Sordo.
Inmunizado por el día a
día.
Sedado.
Por la vida miserable.
Por las recetas de
felicidad.
Por los anuncios de
coaching.
Por las sesiones de
risoterapia.
Por las sonrisas de los
corruptos.
Por los cursos de cocina
cuántica.
Por el caos, el ruido,
el día de los muertos,
las monedas tiradas al
suelo, el rimen esparcido,
las muñecas hinchables,
las tetas operadas, los tomates a 2,50.
©Rubén Darío
Vallés Montes.2015
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