Literatura y globalidad- Rubén Darío Vallés


Presentación en la Casa de la Cultura de Marcena. 14 de febrero 2013.

 

            Buenas tardes a todos y gracias por asistir a esta presentación.

            Gracias al Ayuntamiento de Marcena por apoyar todo lo relacionado con la cultura y por cederme este bonito salón de actos para presentar al pueblo de Maracena esta novela, que a mí, personalmente, me gusta más llamar obra literaria; pues dentro del género de la novela podemos referirnos a novela social, policiaca, de aventura, terror, erótica, periodística, histórica, negra, gótica, rosa..etc.  Y en esta obra, se entremezclan todo tipo de géneros literarios, o lenguajes literarios; la poesía, el ensayo, el cuento, la narración, incluso el teatro; como un jersey de punto, en el que se entretejen distintos tipos de nudos, de colores, incluso de lanas, formando un todo armónico, unitario y bello.

            Gracias a Casimiro Casas por su presentación, y por el interés que ha mostrado hacia la obra y hacia mi persona en todo momento. Gracias Casimiro por la crítica literaria que has hecho del  libro, y por el tiempo dedicado a ella. Huérfano está el mundo literario de críticos de literatura no supeditados a intereses de la industria de las letras, que como no podía ser menos, está bajo el influjo y en manos del poder económico y político establecido, lejos de lo que cualquier amante de las letras considera Literatura. Quisiera recalcar que una cosa es la Literatura y otra bien distinta la industria literaria, que deja mucho que desear y que aparta al pueblo, de dónde nacen las grandes obras, de esta fuente de espíritu y hermanamiento con nuestra condición de seres humanos. Al fin y al cabo, en eso consiste la literatura. Un arte sin fronteras, universal, que habla del ser, de su entorno, del medio, y de sus vicisitudes, en los distintos momentos históricos de la evolución de nuestra especie; creando retratos, mundos, en forma de imágenes escritas reflejadas en un espejo que nos habla de nosotros mismos, como seres individuales, y de nuestra sociedad con sus pro y sus

contras, y hacen que entendamos nuestro tiempo y a nosotros mismos, mediante el susurro silencioso con el que nos habla la palabra escrita, hermanándonos en una globalidad espiritual que nos aglutina y nos identifica como seres pensantes, llenos de emociones, preguntas, búsquedas, pasiones, tristezas, alegrías,  contradicciones, odios,  amor; como seres complejos que somos.

A si ha sido a lo largo de la historia de la Literatura, desde Homero hasta nuestros días. Por eso la Literatura es una gran pedagoga, maestra y amiga del hombre; es inmortal. Nos hace sorprendernos al mostrarnos, como las inquietudes, las pasiones, las luchas, los egoísmos, las ansias de poder, los tragimanejes de las fuerzas gobernantes, las crisis sociales­ morales­ políticas..., tienen a lo largo de la historia unos denominadores comunes que las entretejen y las aglutinan en unos mismos parámetros, como fórmulas matemáticas, que al formarse, dan lugar a unos resultados evidentes que caen por su propio peso, como la lluvia baña la tierra y llena nuestras despensas.

            Esto es Literatura. La Gran Literatura. Una mano invisible que exprime la vida, la estruja, y le saca el alma y el jugo,  sirviéndonos la humildemente, para que reconfortemos esa parte vital  de nosotros que no se alimenta con los frutos de la tierra, y que como el aire, nos es imprescindibles para mantenernos vivos; nos acaricia, nos consuela, juega con nosotros, ronronea nuestro espíritu y lo une a un todo mágico, esencia de nuestra propia existencia.  Un  espíritu, que hiere y cura.

            La obra que aquí se presenta, Viaje a Menorca, narra la historia de un joven que no encuentra su lugar en la sociedad de la opulencia, un joven que intenta abrirse camino en la vida,  hijo de padres trabajadores que luchan por sacar a sus hijos y a sus propias vidas adelante, con todo lo que eso conlleva en un mundo abierto y cambiante a pasos agigantados, donde los muros  de ideas pasadas, de viejas fórmulas preestablecidas, caen como ruinas azotadas por nuevas ideas de pensamientos y modos de entender la realidad. Nuevas estructuras familiares surgen, dilemas y enfrentamientos lógicos generacionales entran en acción; una nueva generación de jóvenes alzan la voz, buscan su espacio, su lugar en la sociedad. Una sociedad altamente jerarquizada y establecida con parámetros no demasiados claros; inmersa en asuntos turbios de todo tipo, que el protagonista de la historia, intuye, analiza, razona; no comprende el por qué de un juego, donde parece ser todas las cartas están marcadas; se pregunta sobre los por qué de la aparente normalidad que encuentra a su alrededor. Parece que nadie quiere darse cuenta de lo que pasa. Parece que todos están de acuerdo y participan de este baile de máscaras donde todo es falso y reina a sus anchas la mentira, fomentada y ejercida en sus altas copas por los poderes reinantes, que desde sus cumbres intocables invitan al pueblo a sumarse al festín de la indecencia, el despilfarro, y la degradación moral, granjeándose aplausos del pueblo, que lejos de mostrar indignación, entran al trapo, e invisten como mansos al capote de las migajas que ellos van soltando, mientras se espera que un día, a ser posible lejano, el juego de ilusionismo se deshaga como un castillo de arena.

            En este dilema se encuentra nuestro personaje central de “Viaje a Menorca”, envuelto
en un mundo incomprensible, donde todo resulta ser una estúpida comedía hilarante, granjeándose el desdén de aquellos que le rodean y no comprenden por qué no se une a tan esplendido festín.   Una sociedad  incubada en un sistema virtual, donde el tener, el poseer, es lo primordial; la apariencia credo, la ostentación fe, con unos mandamientos obscenos, llenos de opulencia, despilfarradores hasta el extremo, destructores de su hábitat al que no se respeta en grado alguno,  y  acomodaticia en el miedo de perder y conservar lo poseído. Soberbia y estupidez de una sociedad que nuestro personaje rechaza y que lo aísla en un  sistema que no acepta negativas ni puntos de vista políticamente incorrectos; que lo lleva a los extrarradios de la exclusión social. Una sociedad que se niega al cambio, que rechaza mirar atrás, incluso a girar la cabeza para no ver la podredumbre que avanza sin tregua. Una sociedad consumista hasta el extremo de lo indecente, que sólo sabe mirar su ombligo, donde el “nunca es suficiente” es la filosofía imperante, y la avaricia venda los ojos y tapona los oídos. Una sociedad que se deja engañar con reflejos de un mundo feliz, que no existe más allá de un préstamo bancario, que te hace vivir de prestado, ofreciéndote una cierta comodidad, y  antepone tu libertad a una cadena  de obligaciones monetarias que estrechan tu capacidad de discernir. Conflictos de una democracia treintañera, construida rápido y corriendo, sobre unos pilares poco estables, como las malas construcciones llena de imperfectos, supeditada a las prisas, al instante, a intereses ocultos, a poderes fácticos ajenos a fronteras de Estados y  Naciones, guiados por un único interés: el económico, o lo que es igual, el Poder en mayúsculas.

            Nuestro antihéroe, que eso es el personaje de esta historia, un antihéroe, pues no se trata de un tipo guapo, adinerado, lo que llamamos un ganador, un triunfador, con un futuro prometedor, que venga a salvar nada, ni se lleve a la chica guapa... Es un tipo normal, un tipo corriente, con sus  peculiaridades, un tipo que a pesar de las zancadillas que se va encontrando, intenta levantarse todas las mañanas y luchar por la vida.  Así, el lector se encontrará través de su páginas y, a medida que avanza la novela, con situaciones conocidas, a veces cómicas e hilarantes, absurdas como momentos de la vida, trágicas, desesperantes, o ilusionantes y cargadas de momentos de anhelos y dosis de romanticismo. Nuestro protagonista, es un hijo de su tiempo, un tiempo rápido como el speed, amplio como el espacio terrestre, donde las fronteras se diluyen en una globalidad, por un lado prometedora y humanista, por el otro conflictiva y aglutinadora. Un tiempo conectado por fibra óptica y banda ancha, que une los confines del planeta en una red de satélites robotizados, y a la misma vez, aísla a los seres que pierden los referentes,  de sus pueblos, sus raíces, sus tradiciones, su cultura, diluida como el azucarillo de un café en un caldo caliente que se llama Globalidad.  Seres desahuciados y desubicados en un mundo global inmerso en una nueva metamorfosis.

            Criado en una España convulsa, con una recién estrenada libertad, el protagonista es un punto de unión entre el pasado dictatorial y la nueva etapa democrática, abierta al exterior, a las nuevas corrientes, al mundo, ansiosa por absorber lo nuevo, lo prohibido, lo vetado tanto tiempo, deseosa de espulgarse un tiempo de dictámenes, de  moralinas, de reglas preestablecidas. Una España deseosa de Libertad. Libertad. Una de las más hermosas palabras del vocabulario humano, meta buscada por el hombre desde los tiempos más remotos, y gracias a ella, a su búsqueda..., hemos llegado hasta aquí. Libertad de pensamiento, de saber, de decidir, de elegir, de valorar; palabra y concepto grandioso, que lleva consigo implícito otras palabras hermanas: conocimiento, educación, cultura, valentía, compromiso,  amor, ética, moral, humanismo. Libertad, concepto tan hermoso y cargado de responsabilidad; responsabilidad que muchos no están dispuestos a asumir, y prefieren leyes que la proscriban y pongan cotos parcelados donde se marquen los márgenes que cada cual puede tener de ella, por miedo a la responsabilidad de la libertad propia y la ajena, que no tiene mayor instructor que el Conocimiento. Un Mundo, con un recién estrenado nuevo siglo, en la Era de la Revolución cibernética, científica y tecnológica. Paso gigante en los modos de vida, en las formas de entender y valorar el medio. Tiempo donde lo pequeño se hace grande, donde menos es más, donde se busca la comprensión del absoluto a través de la partícula más pequeña, apenas inexistente; donde la nanotecnología se impone a las grandes industrias  de producción en cadena, que dieron lugar a la revolución industrial, y a un nuevo salto en la vida de la especie humana. Igual que ahora. Este tiempo, “impact” de reflexión, de  mirada al pasado, de enfrentarse a un espejo y atravesarlo para llegar a un mundo nuevo, un nuevo concepto, manteniendo los valores alcanzados de libertad, igualdad, y fraternidad; que muchos quieren eliminar a favor de un mundo robotizado y frío como un corazón sin sangre. 

            En este contexto se desarrolla “Viaje a Menorca”.

            Todo prometía facilidades, progreso, claridad, un futuro a la carta; ¿pero era todo tan
bonito como lo pintaban para una generación educada a grandes rasgos por un televisor? Una generación  que ha gozado del Estado de bienestar, que ha tenido a su alcance los medios para estudiar,  la generación, “más preparada de la historia”.  Iván, el personaje central de la novela, está aquí, justo en este punto exacto de la existencia, en uno de esos momentos decisivos de nuestras vidas, en los que tenemos que tomar con determinación un camino a seguir. Él decide emprender el Viaje, su viaje, un viaje común al resto de los seres humanos. La catarsis le espera, te espera; ¿qué es si no la literatura?, ¿un mero entretenimiento?,  ¿desde cuándo?, me pregunto. Allí se va, a la isla
Pitiusa, a su isla del tesoro, allí lo espera un viejo amigo, un superdotado, quizá por ello... un ser misterioso, reservado, oculto, solo..., entre tanto mar..., entre tanto bullicio, entre tanta y tanta   información arrastrada por las mareas de la ciberciencia. Con su ayuda, confía en poder salir   adelante, conseguir sus propósitos, su parcela de felicidad y armonía. Pero allí le espera la “mancha negra”, teñida  de  pasados, de miedos, de conflictos, de pensamientos oscuros como las  profundidades del mar. Nuestro valiente antihéroe se enfrentará a ellos, y buscará coger con garbo y fuerza las riendas de su vida.

 

Muchas gracias a todos.

Rubén Darío Vallés Montes. 14 de Febrero 2013. Maracena. Granada.
 

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