VERITAS

La Verdad desnuda es el personaje a la izquierda en La Calumnia de Apeles, de Sandro Boticelli (1495).
Veritas

*Preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos. 1948: “Considerando que...

No hay ninguna guerra santa, todas son odiosas. ¿Qué "pensaría" Allah y su profeta Muhamad de sus creyentes, cada cual de su etnia: chiítas, sunitas, jariyíes, abasíes, selyucidas, hutíes, ...; y sus corrientes y modos de interpretación: takfirismo, wahabismo, salafismo, sufismo, ...? Todos seguidores de un mismo Dios, un mismo profeta,  pero cada cual con sus costumbres, intereses y procederes; corrientes y étnias, que se odian a muerte, se masacran y se asesinan entre hermanos, profanando el nombre de Allah.
La clave para ser una buena musulmana está en el burkini, seguro, ya lo dijo la buena y ejemplar judía Maryam, modelo supremo para toda musulmana, madre del ejemplar Issah, ejemplo para cualquier buen musulmán; Issah, judío, anunciador del último profeta Muhamad. ¿Qué “pensaría” de todo esto Allah? El pueblo creyente o no, siempre sufre las consecuencia de los poderosos asesinos que crean las guerras. La industria armamentística gana siempre, tiene un Dios que se llama Dinero. Estados Unidos, Rusia, y las grandes potencias armamentísticas, se frotan las manos como moscas sobre mierda, cada vez que surge un conflicto en nombre de Dios. Pero el asunto es el burkini, y la calor, y la escafandra, y la botella de oxígeno, y las miradas lascivas, y la voz del amo, y la hermosa sumisión, ahorro en peluquerías, bolsos de Gucci y joyas en los grandes centros comerciales de Arabia Saudí, donde los esclavos infieles, indios, africanos, y occidentales, trabajan, cada cual a su precio, por una buena causa, el oro del moro. Shalam Aleikum.
La homosexualidad, la emancipación femenina, el machismo, la libertad de expresión, de creencia, de opinión; el arte, la ciencia, el erotismo; todo queda a la sombra del burkini y de su prima burka. El problema es que las portadoras de esas prendas crean que las mujeres que no las llevan, que no piensan y actúen como ellas, son unas infieles, impías, perversas, unas pécoras, y cosas peores, y que deberían en el mejor de los casos ser adoctrinadas. Craso error corregido a base de luchas intelectuales y a pie de calle desde hace siglos en occidente. Resulta chocante ver a una mujer cubierta de pies a cabeza, resulta siniestro y triste, resulta hiriente, indigno y ofensivo al ser humano; un ser tapado como si estuviera cumpliendo un castigo, o pagando un pecado original, creador de vida; triste imagen la de jardín de flores cubierto en un manto negro que las marchita. ¿Por qué el miedo a la feminidad, el placer, la belleza, lo humano? Eso no es respeto a Dios, no se es más puro de corazón por dejarse las barbas y las patillas crecer, por rezar más veces, o infringirse martirios. Ni que decir tiene los beneficios del mar y la playa en nuestro organismo a todos los niveles. Es ilógico desechar todos esas gracias de la naturaleza cubriéndose con un burkini, contraproducente y tal vez peligroso para la salud.

¿Está el islam encerrado en una burbuja del tiempo anclada como una lapa a una piedra negra partida en pedazos? ¿No pasaron por ellos Newton, Darwin, Marie Curie, Einsten, Freud, Severo Ochoa, Marilym, Hugh Hefner, Eleanor Roosevelt, Greta Garbor, Yuri Gagarin, Francis Crick, Rosalyn Yalow, Barbara McClintock, Stephen Hawking, Peter Higgs, y tantos seres humanos extraordinarios? ¿Dónde está esa corriente abierta del islamismo, esa corriente progresista, renovadora, crítica, que actualice conceptos, modos y formas, perdidos en el siglo VII? ¿Dónde está esa corriente de pensadores que anteponga la Declaración Universal de Derechos Humanos a cualquier creencia de ámbito privado? Salam Aleikum. 

Rubén Darío Vallés Montes. Agosto 2016.



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