La historia llama a la puerta

           
              

    Fantásticos los restos arqueológicos romanos aparecidos en los Mondragones. ¡Que ciudad esta! ¡Cuantas sorpresas! No podía ser menos, esa sierra que se levanta majestuosa en el horizonte como un gran tótem, al este, al este mágico de donde vinieron tantos pueblos cargados de sapiencia, atraídos por el poder magnético de sus altas cumbres blancas llenas de vida y riquezas.
    Es maravilloso lo encontrado, una villa romana, que evolucionó en el tiempo desde el s. I al s. V en la fértil vega granadina; con un gran molino de aceite con cuatro gigantescos contrapesos, que al decir de los especialistas, es uno de los más importantes molinos de aceite del  alto Guadalquivir, surtidor de oro líquido del imperio y de la ciudad eterna; un palacete con un gran estanque  construido con mármoles de Sierra Elvira y regado por las aguas del río Beiro; y un lugar santo, de culto, donde posiblemente se realizaban actos religiosos y se enterraban a los muertos, esqueletos aparecidos prácticamente intactos, durmiendo el sueño del barquero de Caronte. Esto es solo el principio de lo encontrado. Según los especialistas, esta villa se prolonga más allá de los terrenos hoy intervenidos, sólo hay que seguir trabajando, excavando, y posiblemente, nos encontraremos más sorpresas, quizás una gran villa romana de grandes dimensiones, repleta de tesoros que rellenen los puntos suspensivos de nuestra tierra.
    Es precioso que esta ciudad, un día Iliberis, no sea sólo mora y cristiana, sino también íbera, cartaginesa, tal vez griega y fenicia, y sin lugar a dudas romana. La historia guarda escondidas sorpresas insospechadas. Ya en el año 1988 apareció un gran muro en una zanja excavada por los militares en el campo de tiro de los Mondragones, recinto que aún hoy no ha podido ser excavado ni  estudiado por los arqueólogos. Algunos especialistas ya proclamaron, en su momento, que en esta finca posiblemente se escondía un hallazgo arqueológico de no relativa importancia, como veinticinco años después se  ha puesto de manifiesto.
    Gracias a una voz de alarma, se consiguió parar las obras, que una empresa privada adjudicataria del terreno y de los negocios en ellos proyectados, estaba realizando en este recinto de los Mondragones, antes propiedad de de las Fuerzas Armadas, hoy propiedad del Estado, en una de sus diferentes modalidades, Ayuntamiento de Granada, Junta de Andalucía, Estado Español. Gracias a esta voz de alarma, se llevó a cabo una rápida y urgente intervención de los arqueólogos, que puso de manifiesto lo que hace veinticinco años ya suponían los historiadores y especialistas sobre historia antigua, que nos encontrábamos ante un hallazgo excepcional e inaudito. Así se consiguió parar la implacable marcha de tractores, excavadoras, y hormigoneras, que ya habían destruido sin consideración parte de lo que hoy se sabe que fue parte del cementerio romano de esta villa del imperio, llevándose por delante tumbas, esqueletos, y otros utensilios de corte funeral. Gracias a esta voz de alarma que puso en conocimiento lo que estaba ocurriendo, hoy estamos asombrándonos de lo encontrado.
    Bien..., el terreno en cuestión, ante todo pertenece al pueblo Español, y lo encontrado a su patrimonio cultural y artístico, y aún más, al patrimonio material de la humanidad. He aquí el dilema; el terreno ya se ha vendido y proyectado la Santa Trinidad de nuestros días: centro comercial, centro de gimnasia deportiva, y parking privado. Y yo me pregunto si esta manía obsesiva por construir centros comerciales, macro gimnasios deportivos, y parking privados a diestro y siniestro, en todos los barrios, y en todas latitudes de este nuestro país esquilmado, obedece, ¡ay Dios!, a algún tipo de patología obsesiva , compulsiva y delirante, que más pronto que tarde, tendría que ser tratada por los especialistas en psiquiatría; o se trata de una malformación mental que está haciendo que se modifique la conexión neuronal de nuestro cerebro, nuestro entendimiento, y nuestra cada vez menor comprensión de lo más básico, que es el equilibrio entre naturaleza y hombre.
    No me cabe en la cocotera, que un hallazgo tal, del que todos, y más nuestros dirigentes sociales, deberían estar orgullosos y satisfechos, una mina de riqueza patrimonial con todo lo que esto supone, se convierta en un impedimento, en una jodienda  imprevista, y se traduzca en un mal gesto, agrio y amargo, de las administraciones competentes, y de la empresa adjudicataria, que ve retrasado su proyecto y mermado su contrato inicial, así como su balanza económica. Pongamos las cosas donde deben, en un orden de prioridades, por favor. Tengamos, aunque sólo sea una vez, dos dedos de frente, y no entremos en el archiconocido balones fuera y pelotazos al córner, que ya estamos hartos, y además nos hemos visto la película cientos de veces y nos conocemos todos los argumentos.
    No me cabe en la cocotera, mil veces lo digo, que empeñemos nuestro patrimonio, nuestra historia, nuestra cultura, nuestro intelecto, y más aún nuestra educación y la educación de las generaciones venideras, convirtiéndolas en bárbaros sin razón, sin disentimiento, en seres perdidos que desprecien todo lo que supone la cultura en su más amplio espectro. No es razonable que se tire por la borda todo este tesoro de sabiduría legado por nuestros ancestros en pro de esta Santa Trinidad que se ha apoderado de nuestros días. El coche por encima del hombre, cientos y cientos de parking para guardar estos autos que saturan nuestras calles llenándolas de polución , de ruidos, de contaminación, ¿dónde están las ciudades verdes del futuro?, ¿dónde están esos proyectos para hacer de nuestras ciudades zonas amables y limpias donde poder respirar aire puro?; macro gimnasios surgiendo como champiñones en un hedonismo enfermizo, siendo nuestra tierra un lugar abierto donde pasear y hacer deporte, un lugar donde mueren las modalidades deportivas y olímpicas por falta de financiación, de patrocinio y apoyo por parte de las empresas privadas y las entidades públicas; y  esas grandes superficies, centros comerciales, dónde reunir en un espacio cerrado todo el comercio, acumulando a la mayor población posible, centros que hunden al pequeño comerciante y a la dinámica vida comercial de la ciudad. Esto no es Estados Unidos de Norteamerica señor@s, es otro modo de vida, otra historia, otras gentes, otras extensiones, no nos intenten meter mas, por favor, el zapato con calzador, basándose en ideas equivocadas de progreso y bienestar; el progreso es otra cosa, el fomento de las artes, la cultura, la educación, la ciencia, y por ende la riqueza que esto por si mismo genera; y el bienestar no es este modo de vida que ustedes están patrocinando y del que a menudo sacan pingües beneficios económicos, que estoy por seguro no los hacen por ello más felices.
    Aún estamos a tiempo de salvar este tesoro que ha aparecido en los Mondragones. Reivindiquemos nuestro derecho, como propietarios de nuestra cultura, y dejemos trabajar a los especialistas sin ponerles cientos de piedras y zanjas en el camino; reivindiquemos nuestro derecho legítimo a saber, no nos oculten, ni soslayen, nuestra curiosidad por conocer, entender, comprender y admirar, nuestro rico pasado. No dejemos, que entre unos y otros, ya los conocemos, hagan desaparecer y caer en el olvido, en la sombra y en el silencio, este descubrimiento que a mi me llena de orgullo e ilusión. ¡Granada, tierra soñada por mi! ¡Ay de mi Granada!


















http://youtu.be/YH81rHn7jVk





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