Ex secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados,


Granados del alma mía,
¡Ay Dios mío que pena!
Con el buen rollo que te traías,
no te faltaban ni las pulseritas de Ibiza.

Granados no te pongas triste,
corazón,
que tu siempre has sido cachondón,
unas castañuelas de alegría,
de buena madera, sin duda,
mantente firme y uniformado,
tesoro.

Los cuervos con cuernos te han sacado los ojos,
malas juntas Granados, tu lo sabes mi sol,
ciénaga de arenas movedizas el terreno,
¿quién te habrá traicionado Granados?

Tus niñas, dices, están afectadas,
no quieren salir a la calle,
pobreticas Granados,
Suiza no queda tan lejos,
quizás allí vivan más tranquilas y contentas,
y vuelvan a repiquetear las castañuelas.

Lo que más me duele, cariño,
son tus dos luceros, que miran tras el cristal,
pobreticas criaturicas,
que están abochornadas,
y les da vergüenza que al papá lo llamen ladrón,
él que siempre les da un besico de buenas noches,
que mira siempre por su futuro,
que mira siempre porque no les falte de ná.

Almas de Dios, que a papi lo están jodiendo,
a hurtadillas, los amigotes malas juntas,
los trajeados y uniformados de alma negra.

No te preocupes Granados,
no creo que te corten la luz,
ni tengas problemas para pagar el agua,
seguro que no intentan echarte de tu casa,
y tus luceros no tendrán que ir a Caritas.

No te preocupes ángel mío,
que los esbirros uniformados,
no le pegaran a tus criaturas por la calle,
y seguro que no le faltan a tus corazones,
sus medicamentos,
ni las visitas trimestrales al odontólogo.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Tres poemas porno eróticos de amor y desdicha

El Molino de Dúrcal

Poema en prosa. María