Artículo después de presentar el libro en la cárcel de Albolote. Granada


LITERATURA PUERTAS ADENTRO


Entre olivos, más allá del pantano, camino a la izquierda, luego a la derecha; al fondo, bajo las montañas está la gran mole de hormigón, con su gran torre vigía. Edificio frío, robusto, seriamente fortificado, guardián en la soledad del campo que se extiende soplado por el cortante viento.
Puertas que se abren tras grandes cerrojos de hierro, puertas blindadas en vigas de acero, pasillos, y puertas con permiso de entrada y salida. Un pasillo largo, un túnel redondo, acristalado, donde se detiene el tiempo; un túnel silencioso que conduce a un patio a lo lejos. Una puerta giratoria de aspas poderosas, sonido de sentencia, engrase de lágrimas para futuras soledades. Uno a uno. Una vez dentro: módulos. Construcciones cuadriculadas de comportamientos a la orden y obediencia. Puntos de vistas claros y sin tapujos, sonidos de sentencia que murmuran y observan. Bloques rectangulares con buenas vistas a muros de lamentaciones. Patios asfaltados, jardines donde soñar con flores, plantas sin raíces, misterios escondidos. Alguien allí, un grupo habla.
Un módulo, el modelo, el módulo de reinserción, centro de enseñanza, cultura, ética y educación andan cogidos de la mano. Chicas y chicos, algunos mayores, vestidos como tu y como yo, géneros musicales, como en la calle Larios. Gentes, de aquí y de allí, como tu y como yo, en un lugar de cultura y enseñanza, donde ilusión y sonrisa van de la mano. Gente que va de un sitio para otro, trasiego, como el barullo en el intercambio de clases del instituto.
En el centro educativo, en el módulo modelo, suenan las máquinas de escribir, y sueñan los colores con ser cuadros de museos y pinturas de alcobas. Gentes, en el módulo de las musas y santo Tomás, donde la creatividad, la evasión, la esperanza, sueñan con la libertad deseada. Gente, como tu y como yo, escuchan a un tipo que cuenta un “viaje a Menorca”, un libro sin puertas, ni cuadras, ni espacios limitados, como la vida misma, antihéroes de la jungla. Un público, que escucha, aplaude, pregunta, murmulla. Un público, gente que oye a un tipo como ellos, que está allí hablando de un libro para que lo lean y opinen. Libros hermanos entre las estanterías de la biblioteca con rejas. Sagradas bibliotecas. Luego, mausoleos, música maestro, todos la esperan en un día algo diferente; una hora de evasión.
Gente en el módulo cultural, donde el hombre y la mujer se vuelven chicos y chicas que sueñan libertad y pagan la pena de una mala pasada. Ojos que miran... yo miro... un lugar donde mañana será un día menos para salir. Yo voy con Chirveches el maestro, ando por allí, veo, observo, un poso triste en mi corazón, todos me suenan, quizás estuvimos juntos jugando un día en ese mismo banco del parque.
Entro y salgo. Pasillos, puertas que se cierran tras de mi. Y un adiós. Adiós. El castillo de los sueños por venir se queda atrás, olivos, olivos en linea de colinas, más allá las montañas como tótem del tiempo, y la gran torre que se aleja en el horizonte..., allí en el lugar donde está la gente esperando la hora de la libertad. Mientras tanto... un libro acompaña.

Rubén Darío Vallés Montes.

Granada, 3 diciembre 2012
(este enlace lleva al artículo en el diario "IDEAL de Granada" 
(aquí está la entrevista de hoy en la cadena Ser. ... Hoy por Hoy Granada - 03/12/2012 // este es el programa donde aparece la entrevista 01:17 . en este corte aparece la entrevista hasta el 01:21 . mueve el cursor y ve al corte en cuestión. saludos)


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