AMOR

 

AMOR

¿Dónde está el amor? Lo busco y huyo de él. Eso se llama miedo.¿Dónde está el amor? No lo sé. Juro que no lo sé. El amor, esa gran fuerza poderosa capaz de todo, capaz de superar cualquier obstáculo, cualquier inconveniente.

Nada más grande y sublime que el amor.

Unos ojos que hablan, grandes como el mismo cosmos abierto.

Unos labios de terciopelo, como fruta jugosa, fruta de vida, fruta capaz de hacer revivir a un ser medio muerto que fallece en un océano inmenso, ahogándose una y otra vez en las profundidades.

Ya cansado de mar y sal, de olas que lo arrastran una y otra vez siempre siendo la misma cantinela oscura. Ya el cuento repetido mil veces, aprendido.

Entonces tus grandes ojos, y tus labios que hacen estremecer a los sentidos que aún quedan. Tu voz capaz de acallar un coro de gritos haciéndolos mudos e inexistentes.

Entonces tu cuerpo se convierte en un aura y desapareces en ese extraño brillo que lo ocupa todo, que anula el mundo, que anula el tiempo, y el espacio, convirtiéndolo todo en un estado intemporal, fuera incluso de la materia. Nada más queda el relámpago que atraviesa mi columna vertebral. Tus ojos, tus inmensos ojos de tiempo, tus inmensos ojos que atraviesan la inmensidad hasta lo negro absoluto donde todo se mezcla.

Tan difícil, tan imposible. De nuevo otra vez el sino. El sino de la inmensa alegría, del valor supremo capaz de todo, loco imposible, la montaña más alta se hace pequeña, el río bravo una balsa, y el mar una alfombra de pequeñas y minúsculas piedras turquesas de seda.

¿Dónde estás amor? ¿Quién eres? ¿Alguna vez podré disfrutar de ti sin tener que sufrir? Me amas y yo te amo a ti. Pero sabes que no podemos estar juntos. Es imposible. Es de nuevo una locura empezar de nuevo, otra vez.

Así que aquí sigo hundiéndome en este mar conocido, que me ahoga y del que no puedo salir, pero que ya es tan indiferente que ni siquiera existe la lucha. El mar sabe que vencerá y yo también, y ni él ni yo podemos hacer nada, solo seguir subiendo y bajando. Esperando.