¿Qué ocurre en Marruecos?
Desde hace meses se
llevan produciendo manifestaciones en el norte de Marruecos, en el
Rif y Alhucemas. Los rifeños, muchos de ellos de origen bereber, con
idioma propio, con su propia idiosincrasia como pueblo, incluso su
propia bandera, azul, verde, y amarilla, con el símbolo yaz del
alfabeto tifinagh, que representa al hombre libre ;
reivindican una sociedad libre y justa, con derechos laborales
dignos, donde la libertad de expresión sea una realidad no una
simple quimera.
Marruecos, nuestro país
vecino, con el que compartimos tantos intereses, se rige por una
monarquía absolutista, heredada del antiguo régimen, políticamente
disfrazada como monarquía parlamentaria. Es frecuente, ver por
televisión y la prensa rosa, al rey y su séquito paseando el
palmito por fiestas y saraos del continente más viejo del mundo,
luciendo modelitos de libertad, tolerancia y respeto, codo a codo
con la aristocracia y la jet set más poderosa. Pero dentro de sus
fronteras todo es diferente. Las sonrisas desaparecen y el ceño se
frunce y arruga, impera la ley del silencio, del miedo, de la
represión. Homosexuales, intelectuales divergentes con las políticas
del régimen, y todo aquel que protesta por sus derechos, pidiendo
mejoras sanitarias, agrarias, educación y cultura, igualdad,
trabajo digno, reformas económicas, reparto de la riqueza,
dinamización en la investigación, las ciencias, la tecnología;
todo aquél que protesta por la corrupción gubernamental, es tomado
como opositor y enemigo al que vigilar.
La brecha social es
enorme, y crece a medida que Marruecos avanza hacia una macroeconomía
dirigida por grandes grupos de intereses, que ven en ella un gran
mercado donde hacer fortuna, (agricultura, construcción, turismo,
ocio). Así, la oligarquía que impera a sus anchas, ve
incrementarse sus fortunas de una forma rápida y descomunal,
mientras el pueblo, los trabajadores, esa mano de obra de saldo, tan
solo reciben como recompensa a su trabajo migajas.
Marruecos, antiguo
protectorado español y francés, e influenciado notablemente por
Estados Unidos desde la II Guerra Mundial, avanza, pero no a compás
y a favor de su pueblo,( gran parte inmigrantes, desde hace
generaciones, en países Europeos como: España, Francia, Bélgica,
Holanda, Alemania, Italia, Gran Bretaña. Países democráticos de
libre mercado, con las desigualdades que ello conlleva, sí; pero al
menos, países donde las garantías sociales, justicia, libertad de
expresión, educación, cultura, creencia religiosa, libertad sexual,
aún se mantienen vigentes. Muchos de estos inmigrantes de segunda
generación han nacido en países Europeos, donde han estudiado,
donde se han formado y ejercen sus carreras. Al volver a su tierra se
encuentran con el retraso, con el inmovilismo, con la desigualdad,
con la falta de oportunidades. Así que pocos quieren volver al país
de sus orígenes.
Un Marruecos, donde te
llevan a la cárcel por adulterio; un Marruecos, donde se compra a
precio de oro todo lo que en occidente descartamos por obsoleto. Todo
se vende y se compra en Marruecos, todo se regatea, el lujo y la
miseria.
Así, el pueblo rifeño
lleva meses protestando en las calles , recibiendo amenazas por parte
de las autoridades. Un movimiento que toma fuerza, con dirigentes
perseguidos, que andan en paraderos desconocidos, escondidos de un
régimen absolutista que como un padre enfadado, los reclama para
darles su merecido. Un movimiento con similitudes al 15M, nacido del
pueblo harto de aguantar. Un movimiento de Indignados muy importante,
que debería tener mayor cobertura y repercusión en nuestros medios
occidentales. Y más en nuestro país, por la cercanía, por nuestra
historia común, por la convivencia que mantenemos día a día con
los miles de inmigrantes que viven en España, muchos de ellos
Españoles.
Rubén Darío Vallés Montes Mayo. 2017
Publicado en el periódico Ideal de Granada. 10.05.17 / página 25.
Publicado en el periódico Ideal de Granada. 10.05.17 / página 25.
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