Queridos periodistas
Queridos periodistas
Allá por el mes
de mayo, salió a la luz pública, la noticia que anunciaba la
disolución de la centenaria Asociación de la Prensa de Granada,
fundada en 1912 por el periodista Luis Seco de Lucena. Con la
disolución de la Asociación situada en el histórico edificio Rey
Soler (Antiguo Hospital de Peregrinos) calle Escudo del Carmen, llegó
la orden de desalojo del edificio. Las razones las siguientes: unas
deudas acumuladas que arrastraban desde el 2010, impago a profesores
y acreedores, gastos injustificados en cursos que no existían,
subvenciones oscuras, deudas a la seguridad social, etcétera. En
2014 entró una nueva y fresca directiva que prometía la
remodelación, el plan: preconcurso de acreedores y liquidación de
bienes de la entidad. Fin. En la retina nos queda aquella bochornosa
imagen del antiguo presidente Antonio Mora, blandiendo al aire su
cinturón amenazante sobre una joven activista propalestina. Aquello
anunció el preludio de una muerte anunciada.
Y dónde están
los periodistas, que callan como aquellas que ejercen el oficio más
antiguo del mundo. Silencio. Como si no hubiera pasado nada. Ni está
boca es mía han dicho sobre el lamentable asunto donde todos están
implicados. Parece no haber responsables de tan grave asunto. Se
lavan las manos como Pilatos. Así que nuestros ilustres libre
pensadores granadinos tan dados a criticar esto y aquello, a lanzar
sus proclamas como si fueran el Mio Cid, no han abierto sus boquitas
sobre el “hecho” que más cercano tienen: el suyo.
De los fondos
artísticos y documentos de gran valor que atesoraba la entidad, nada
se sabe; del museo de la prensa, nada; de las donaciones artísticas,
nada; del escándalo, nada; de los responsables, nada; de los
antiguos presidentes y administradores, desaparecidos. ¿Se han
quedado nuestros ilustres periodistas granadinos sin trino? ¿ O se
les cae la cara de vergüenza?
Pero ustedes
han hecho de ella una cueva de ladrones—Jeremías; 7, 11
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