Ruina


-Ruina-


    

   Rejas, alambradas,muros, medidas de seguridad. Europa sin fronteras, está llena de trampas. Cayó el muro de Berlín, y levantaron cientos de murallas de espino. Zona de libre comercio, zona libre de tránsito, ese era el eslogan, una Europa unida. Mentira. La guerra, el gran negocio del tío Sam, del tío de la hoz y el martillo. Éxodo. Tragedia humana. Mientras tanto la guerra avanza, y el negocio del alambre crece, algunos se hacen ricos con la desdicha de la mayoría. El asesino de Bashar al-Asad, ese que viste y calza elegante, anda desaparecido. Un país destruido, con el beneplácito de Europa, Rusia, Estados Unidos, que miran de reojo y, con la mano escondida surten
de armas a unos y otros, ¡menudo negocio el de la guerra!, ¡menudo botín a repartir!
   La inseguridad y el miedo crean su riqueza. Y todo se llena de alambre. Los parques, los montes de la universidad donde antes podías coger las almendras, hoy se pudren en el suelo. Todo está blindado a un alto precio. Jaulas de acero, y espacios protegidos de libertad, y pastillas del sueño. Y no se trata de religión o creencia, se trata de dinero que aúna intereses. Los jeques y patriarcas saudíes no quieren saber nada del asunto, la gasolina allí está barata. Tenemos nuestros programas de entretenimiento, donde se aíslan a las personas modelos para que aprendamos lo que nos espera. Hace poco un canal de televisión australiano emitía un programa en prime time, un reality show en vivo y en directo en tierras de conflicto armado, donde el eslabón perdido de la especie humana más salvaje destruye todo vestigio de humanidad, todo puro espectáculo para la mente ausente tras la pantalla. A Suiza no se la espera, tan siquiera se la nombra; ellos tienen las cajas fuertes donde guardan los lingotes anónimos, y se mantienen al margen, como siempre, pase lo que pase.
   Así que los psicólogos, y psiquiatras, y compañías farmacéuticas, ya preparan su agosto, con tanta tragedia personal que nos viene encima. A río revuelto ganancia de usurpadores dice el sabio refrán. Y a esos que crean los problemas y luego venden las soluciones, a los que se reúnen con nocturnidad y alevosía a altas horas de la madrugada, blindados por ejércitos fuertemente armados, esos que firman sus convenios y sus tratados, papel mojado, ni están ni se les espera.
   Y mientras tanto, alguien..., en una estrella lejana, observa como se hace el traslado urgente de muebles hacía las grandes piras que arden en la noche, y cataloga el espulgo de lo obsoleto.


© Rubén Darío Vallés Montes.

Aparecido en el periódico Ideal de Granada. 22/09/2015





















-ilustración del pintor Casimiro Casas-
   http://casimirocasas.es/index.html

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