Una fecha memorable, 22M. La Marcha de la Dignidad
Sin
principio, sin fin, la calle tomada por el pacífico pueblo, miles y miles de
personas venidas desde todos los puntos del país bajo un lema “Dignidad”. Desde
la estación de Atocha hasta la plaza de Colón, una marea interminable. Cientos
y cientos de banderas de todas las comunidades autónomas de España, banderas
republicanas, de sindicatos legendarios, banderas multicolor, pancartas
reivindicativas pidiendo dignidad para un pueblo herido por un poder político
que se ha olvidado de su gran cometido y el porqué de su existencia, aprobada
por las Cortes el 27 de diciembre de 1978
en el Preámbulo de nuestra Carta Magna y ratificada por el pueblo
español soberano: orden económico y social justo- asegurar el imperio de la
ley como expresión de la voluntad popular- proteger a todos los españoles y
pueblos de España en el ejercicio de sus derechos humanos- promover el progreso
de la cultura y la economía para asegurar a todos una digna calidad de
vida- establecer una sociedad democrática avanzada.
Sin principio ni fin, como el horizonte del mar que
se pierde a la vista, así estaba Madrid, tomada por los pueblos de España,
reivindicando, expresando, con unos modales y un comportamiento ejemplar, sus
derechos pisoteados y malogrados, por un poder político-económico, que día a
día pisotea la Constitución, la dignidad del pueblo que gobierna, incluso se
mofa y ríe de él, creyéndose los portadores, los supremos mandatarios, como
caciques de tiempos remotos y enterrados.
Así
estaba Madrid, abarrotada de andaluces, gallegos, extremeños, catalanes,
castellanos, murcianos, gentes de todas las regiones de España, con la emoción
corriendo por las venas, sintiendo a un pueblo unido, un pueblo humillado por
los poderes del Estado, un pueblo herido, un pueblo en plena lucha pacífica.
Demostrando que nuestros gobernantes no están ni a la altura de nuestros
zapatos, y que no se merecen llevar las riendas de un pueblo, que demuestra día
a día, la categoría que tiene frente a unos tipejos enmascarados detrás de las
siglas de unos partidos políticos que usan este poder para enriquecerse, hacer
de su capa un sayo, inmunes a la justicia, y robando día a día con guantes
sucios y roídos, manchados de podredumbre, hipocresía, y un cinismo zafio y
rancio heredero de los tiempos del dictador Franco.
Atocha,
el Paseo del Prado, La Cibeles, Neptuno, Colón, Pío Baroja, Goya, Velázquez,
Valle-Inclan. Madrid bulle en este día de primavera, de claros y nubes, alegre,
cargado de cánticos, de acentos distintos, de miradas de ánimo, de aplausos, de
esperanza y color. Color a raudales, celebrando la primavera, sorbo a sorbo,
cargada de lucha, cargada de libertad, retumbando en la capital de España,
esparciéndose silenciosa como la sangre por las arterias de nuestra tierra.
Un
dispositivo sin precedentes de agentes de policía guardaban todas y cada una de
las calles adyacentes de la Marcha. 1700 agentes anti disturbios, armados hasta
los dientes, formaban un ejercito de vigilancia pocas veces visto en España.
Paseo del Prado, repleto de cámaras de seguridad que observan cada uno de los
detalles, cientos de furgonetas policiales, una calle Génova, frente a la Plaza
Colón donde se había instalado el escenario final de la Marcha, literalmente
blindada. Todos los accesos a esta calle estaban custodiados por el ejercito de
azules.
Pero, ¿qué son 1700 agentes de fuerzas de seguridad, más cientos de
policías secretas infiltrados en una marea gigantesca de personas?, ¿qué son
miles de cámaras vigilantes grabando absolutamente todo, frente a millones de
personas?. No son nada. Somos demasiados. Y siendo así; ni una mala voz escuché
frente a estos españoles uniformados ejerciendo su trabajo, ( trabajo jodido,
pues pegarse desde las 8am hasta las 8pm, en la postura Robocot, pasando más
calor que sus muertos bajo el traje anti disturbios, y el casco de su puta
madre, tiene que ser una martirio de dos pares de cojones). Ya digo, ni un mal gesto hacia ellos, parece
mentira pero es cierto, lo juro. El respeto, la educación,la dignidad por
encima de todo era lo que imperaba en esta emocionante demostración de unidad.
Ni tan siquiera se pisaban las flores que decoran los jardines de este inmenso
paseo del prado, se sorteaban las plantas, se saltaba sobre los Pensamientos,
para no dañarlos , ni un mínimo. Respeto a ultranza, categoría de un pueblo al
que intentan manipular día a día. Pero a un pueblo perro viejo, no se le engaña
fácilmente, a no ser... que él se deje engañar. Un pueblo educado, trabajador,
decente, un pueblo con una madurez democrática, y una triste historia de guerra
sangrienta, odios, conspiraciones, y décadas de dictadura; que se mueve con
pies de plomo porque el recuerdo de aquellos tiempos aun vibra en nuestras
entrañas, y no se debe volver a repetir.
Cánticos:
1.
Arriba, arriba, arriba, todos a luchar, que se
metan por el culo, que se metan por el culo, la reforma laboral.
2.
Arriba, arriba, arriba, por que somos seis
millones, porque somos seis millones, y queremos trabajar.
3.
¿Qué queremos? ¿Qué queremos? ¿Qué queremos?
¡Trabajar! ¡Trabajar! ¡Trabajar!
4.
¡Contra el paro, lucha obrera! ¡Contra el paro,
lucha obrera!
5.
De norte, a sur, de este, a oeste, la lucha
sigue, cueste lo que cueste.
6.
¡La crisis que la paguen los capitalistas!
7.
Lo llaman democracia y no es. Lo llaman
democracia y no lo es. Es una dictadura y no se ve. Es una dictadura y no se
ve. Oeoeoeoe...oeoeoe... Lo llaman democracia y no lo es.
8.
¡Hace falta ya..., una huelga, una huelga...,
hace falta ya..., una Huelga general!
9.
Que no. Que no. Que no. Que no queremos pagar su
deuda, con la salud y la educación.
10.
¡Esto no es una crisis, es una estafa!
11.
¡El Pueblo unido, jamás será vencido!
12.
¡Si, se puede! ¡Si, se puede!
13.
Luego diréis..., que somos cinco o seis.
14.
¡Menos droga, y más cultura!
15.
Y si esto no se arregla, ¡guerra, guerra,
guerra! Y si esto no se apaña, ¡caña, caña, caña!
16.
¡Menos crucifijos y más trabajo fijo!
(fotos y montaje de Rubén Darío Vallés Montes)
Así
que allí estaban esos pobres hombres de azul, a la espera de ordenes,
sorprendidos, apabullados, por la enorme masa de personas sin fin que pasaban
infatigables frente a ellos como si fueran parte del decorado del precioso
paseo del Prado. Esperando ordenes de los superiores conectados con el
ministerio de Interior, con los dirigentes del país, los artífices de la
crisis, de la precariedad y descomposición social, los máximos responsables del
deterioro del sistema democrático. Pero ellos no están allí, ellos no están en
ninguna parte, a ellos les da igual todo, porque viven ajenos, refugiados entre
su casta privilegiada, sordos a lo que sucede día a día, ciegos a el pueblo que
clama, pero a ellos les da igual, tienen el poder atado y hacen y deshacen a su
propio beneficio saltándose y manipulando la Ley, a favor de su benéfico y el
de las potencias económicas para las que trabajan y representan. La casta no
gobierna por y para el pueblo, trabajan para ellos, y exclusivamente para
ellos.
En
las calles aledañas, fuera de la gran manifestación, Madrid continua su ritmo
somnoliento de tarde de sábado, negocios vacíos, sólo algunos bares están
llenos, los negocios de ultramarinos de los chinos, son los únicos que hacen
caja, Madrid está aburrida, le falta alegría, parece provinciana, cafés vacíos,
paseantes arrastrándose con monotonía, en una ciudad acostumbrada a las
protestas, al malestar manifestado, a las patrullas policiales fuertemente
armadas, a las grescas, a las sirenas, al trafico sofocante.
Desde
Atocha a Colón, un maremoto incesantes de personas, cae la noche, y la cabeza
de la Marcha, los promotores de esta Gran manifestación, el sindicato Andaluz
de trabajadores del campo, representados por los líderes Cañamero, y el
diputado del parlamento Andaluz y alcalde de Marinaleda, Sánchez Gordillo,
llegan escoltados por cientos de bomberos uniformados de la Comunidad de Madrid
al estrado que se ha montado como fin de la concentración en la plaza de Colón,
frente a la calle Génova, sede del Partido Popular.
Allí no cabe un alma.
Detrás del estrado donde van turnándose para hablar los distintos dirigentes de
todas las asociaciones y sindicatos que se han unido hoy aquí en Madrid, ondea
turbia la bandera de España, las últimas luces de la tarde la van sumiendo en
la oscuridad. Allí no cabe ni un alma, ni allí, ni en todo el paseo del Prado,
donde sigue llegando gente y más gente, que se pierde a la vista. La música
suena, una orquesta por allí, una gaita que entona esos sonidos que hacen
estremecer el alma, y ponen los pelos como escarpias, una columna de mujeres
asturianas con cascos de mineros y luces encendidas siguen con sus proclamas
mientras la gaita suena y un hombre de barba cana recita emocionado un poema
frente a estas mujeres de armas tomar. Más allá la gran batucada, palmas al
aire, y la emoción a flor de piel. Mirando como cae la noche, y el pueblo se
dirige cansado, emocionado, repleto de adrenalina hasta los autobuses que
esperan para llevarlos de nuevo a sus casas, con la incrédula esperanza de que
esta Gran manifestación por la Dignidad haya servido para algo más que saber
que el pueblo está unido.
Fin
del artículo.
...y
mañana fútbol chato. Real Madrid-Barcelona. Partido decisivo para la liga. Y el
Ex Presidente Suárez muriéndose el pobre. Qué más nos da la manifestación de
los cojones. ¿Pero que se han creído estos paletos? Lo tenemos todo controlado.
Mañana fútbol, la prensa ocupada. Pasado se muere Suárez, la prensa ocupada,
condolencias, funeral de Estado, bla...bla...bla.... Chavales... esta todo
controlado. Y además, lo tenemos todo preparado, al final de vuestra mani, pues
dejamos que los ultra izquierdistas, sí, esos niñatos descarriados, cargados de
odio social, pues eso... dejamos que la líen un poco, y ya está... Mira
chato... incluso vamos a dejar que golpeen alguna furgoneta de nuestra policía
y les vamos a decir, incluso, que aguanten los palos y las piedras...
Y después
cuando haya unos cuantos maltrechos..., pues les mandamos que disuelvan. Y ya
está chato. Ya tenemos el titular para la prensa, la carnaza que vende, nuestro
motivo, para seguir chupándoos la sangre, y recostándoos vuestros supuestos
derechos, y suerte tenéis de que el aire no se pueda embotellar, sino os
cobrábamos también impuestos por respirar. Si es que... ¿pero qué os creéis...?
Que nos vais a asustar por esta Gran manifestación. ¡No! Estáis equivocados.
Esto mañana se ha olvidado. ¡Que fecha histórica, y que ocho cuartos! Te
recuerdo que mañana, tenemos derbi, sí, aquí, en la capital, sí carnaza para el
pueblo, y eso, eso sí que es histórico chato.
Dios
aprieta, pero no ahoga. El Poder del Estado aprieta, y después manda a sus
sicarios para que retuerza y retuerza, hasta ahogar en la desesperación. Como
dos hombres de la zona norte de Granada que a mediados de marzo han terminado
con sus vidas, acorralados por la desesperación, por los sicarios de los
poderes del Estado. No ha habido noticias de los casos en los medios de
comunicación, periódicos locales, televisiones provinciales. No es noticia.
Todos los días se producen suicidios de personas que no pueden aguantar más
acosadas por los sicarios del Estado. No es noticia. Es tenebroso. Una tragedia
sin parangón. Una mancha negra que se extiende como la sombra de la noche. Unas
cifras de suicidios insoportables en una sociedad llamada hasta hace unos años
del bienestar. Demostrando el Estado, que no está, que no está a la altura del
pueblo al que gobierna, quizás merecen un pueblo incivilizado que se haga
escuchar utilizando otros medios que ellos entiendan, suicidios por suicidios,
ojo por ojo, diente por diente. La Ley del Talión. David contra Goliat.
Insomnios por pesadillas de guillotinas.
(entra
en conversación Di Stéfano)
Di:-Pues claro pibe, esto es así,
¿no lo ves? ¿Crees que el Sr presidente de gobierno puede cambiar algo? Es
imposible, pibe, ¿comprendes? ¡No hay Dios que solucione este quilombo!
I:-¿Sabe una cosa Sr La Saeta
Rubia?
Di:-Decidme... pelotudo.
I:-Yo quisiera saber desde cuando
no se pega un polvo el Sr. Rajoy.
Di:-¡Pero que barbaridad estáis
diciendo boludo!, ¡estas cosas no se le preguntan a un Sr presidente!
¿Vos me estás cargando?
I: Ya..., lo digo porque como
usted lo ve de cuando en cuando...
Di:Usted está tarambana, boludo...
Por cierto, ¿vos por quién apostaste en la casilla de la quiniela?
I:-Un 2, por supuesto.
Di: Definitivamente, vos está re
loco. Totalmente ido. Es usted un cabecita negra sin remedio.
I:-Ya se puede usted peer a gusto
Sr Di Stéfano. Ya hemos terminado.
Di:-¡Que se pean los cules!¡La
concha de tu madre!
I:-Me parece bien. ¡Peámonos todos
y seamos felices!.
Di:-Entonces... ¿Cómo queda la
cosa flaco?
I:- Pues..., tal que así:
•
Yo me peo
•
Tú te pees
•
Él se pee
•
Nosotros nos peemos
•
Vosotros os peéis
•
Ellos se peen
Comentarios
Publicar un comentario