Viaje a Menorca: Textos // Presentación en la biblioteca del barrio de la Chana.

PRESENTACIÓN “VIAJE A MENORCA”

Fecha: 24 de Junio de 2013
Presentación realizada por Patricia Díaz de la Fuente, psicóloga UGR. (Universidad de Granada)

Viaje Menorca es la opera prima de Rubén Dario.

Principales aspectos a valorar del autor

1- La capacidad de iniciar de un proyecto de índole personal tan complejo como una novela.
Teniendo en cuenta que un proyecto de esta índole, tan complejo, tan difícil es tomar la decisión de comenzar como decidir que el proyecto se ha finalizado y cerrar la obra,

2- La publicación del libro con la editorial Alhulia , que ha supuesto para Rubén un doble riesgo:
por un lado mostrarse ante el lector , exponerse a la critica y el juicio sin más parapeto que su palabra y su genio ;  por otro más material pero no por ello menos importante una inversión económica que fuerza al autor a continuar luchando junto a su protagonista en una historia que pasa de las paginas del papel impreso  a la realidad cotidiana de la vida del autor,
De esta manera autor y obra quedan íntimamente ligados más allá de aquellos momentos de libre creación frente al papel, pues en el esfuerzo de difusión de su obra Rubén se ve obligado a seguir indagando más y más en la psique del personaje que ya creo hace tiempo; redescubriendo matices y necesidades del personaje, personaje  que se esfuerza en mantenerse vivo y en ocupar un espacio real en el mundo tratando de convertirse en materia a través de los actos y esfuerzos del autor.

Aspectos a valorar de “Viaje a Menorca”

     Calidad literaria
comparable a la algunos autores ya reconocidos personalmente encuentro similitudes entre el estilo literario y el de autores muy reconocido en este momento como Henry Miller. Autores a los que no les ha sido sencillo obtener el reconocimiento del publico y sin embargo se han convertido en autores de culto.

     Claridad en el lenguaje y Fluidez en la historia,  no debemos dejarnos asustar por la calidad y la extensión de la obra.
 El personaje que busca ser comprendido nos habla directamente , sin tapujos  y en andaluz, es directo en aquello que nos quiere trasmitir, y por eso el autor utiliza el lenguaje de la calle, estructurado de una manera similar a como la hacemos en nuestros propios pensamientos: a veces explorando un tema hasta el más sutil de los detalles, en otras ocasiones saltando de tema en tema de forma superficial buscando más el desahogo que el análisis.
A lo largo de la lectura encontramos  diálogos reales donde no faltan los chistes sexuales y las       bromas típicas entre amigotes , tacos e insultos, expresiones vulgares y refranes populares, letras de canciones, poemas y algunos tecnicismos cogidos con pinzas.
Viaje a Menorca no es un libro de lectura sencilla, si embargo su estructura de capítulos cortos        facilita al lector irse aproximando al personaje y sumergirse en la historia.

     Realismo ,El valor de lo cotidiano,”Viaje a Menorca” es una novela pegada a la realidad, las acciones, las preocupaciones de Iván son cosas que pasan , no cosas que quizás pasen o que puedan pasar , Todos podemos reconocernos en las pequeñas preocupaciones del personaje, comer , mantenerse aseado, conservar a los amigos y triunfar en nuestro campo.
“Viaje a Menorca” es la historia de un joven que trata por todos los medios de conseguir ser autónomo poder romper el cordón umbilical que le mantiene dependiente de su familia, incapaz aún de volar solo  Iván quiere madurar y esa historia nos suena a todos,
En esta capa de la novela todos podemos vernos reflejados; problemas para encajar en un empleo, dificultades de acceso a la vivienda, incapacidad para poder desarrollar un talento natural y aquello para lo que te has formado y por lo que te has esforzado, por lo tanto la problemática a la que se enfrenta Iván, la causa y motivo para viajar a Menorca , a cualquier Menorca, Madrid, Londres, Alemania... no es otra que la necesidad del ser humano de crecer y pertenecer como miembro útil en la sociedad y el tiempo que nos ha tocado  vivir. La huida hacia adelante la búsqueda de nuestro propio dorado... viajes emprendidos con ilusión y miedo y por supuesto que  ese viaje iniciático será diferente para cada uno, más o menos satisfactorio , más o menos práctico.  Como se desarrolla esta viaje en Iván , que encuentra y que pierde en el camino es una de las sorpresas más interesantes que nos depara la lectura de esta novela. 

     Critica social  Toda la obra esta perfectamente inmersa en el contexto socio económico que era valido en el momento en que se gesto y continua si cabe más en vigor que nunca. La desesperación e indignación por la corrupción de todos lo estratos de nuestra sociedad queda patente a lo largo de la obra y desde una perspectiva más personal me atrevería a decir que es la indefensión  ante tanto desmán político y religioso la que arrastra a nuestro autor a escribir esta obra y provoca a nuestro personaje  Iván el estado de mal estar psicológico que deja latente a lo largo de su aventura en Menorca.

     Salud mental y “Viaje a Menorca” No quisiera concluir esta presentación sin dar mi opinión sobre él que para mi es el tema de  fondo más importante de la historia una pregunta que el propio personaje se hace a si mismo durante toda la novela. Realmente ¿es Iván un enfermo mental? , ¿padece algún trastorno grave que le imposibilita a desarrollarse y le aisla de los demás?

Mi respuesta es NO, Iván nuestro personaje y espero que pronto el vuestro una vez os halláis animado a iniciar este viaje con él, no está más loco que cualquiera de nosotros, sus miedos y necesidades no distan de las de los demás, sencillamente Iván es un ser que se revela, que se expresa y no solo con palabras si no con actos , se deja ver y no se esconde detrás del disfraz de la indolencia , la autosuficiencia o la pseudo felicidad material. No sonríe y saluda a todo el mundo, no finge que el mundo va bien  sencillamente porque los demás y el mundo le importan, le importan y sufre por todo y por todos los que están mal. Y por eso a través de su dolor se trasforma en un héroe de la indignación , un héroe del inconformismo, un héroe de la critica mordaz,  Iván es un héroe del siglo 21 y por supuesto cuenta con todo mi respeto.
                   
                  Segunda parte: Interpretación, lectura de fragmentos de "VIAJE A MENORCA"

                 Popurrí lector de la obra “Viaje a Menorca”
                              
    1-pag11


No sin dificultad aterrizó el aeroplano, chirriaron las
ruedas, temblaron las alas, y todos pudimos sentir el la-
tigazo del cinturón de seguridad en nuestras cervicales,
y dos bultos que subían al unísono hasta la garganta. El
piloto se había lucido. ¡Olé sus huevos! Quizá..., el muy
cabrón, no había pegado ojo en toda la noche follando
con la azafata. ¡Enhorabuena campeón!, pensamos todos,
te debemos una... pero ya te la pagaremos otro día. ¡Qué
mal trago, cojones! ¡Qué buen comienzo! La pista estaba
desierta, soplaba el viento, todo alrededor de ella era árido,
sin vida, muerto. Una vez en tierra me persigné, dándole
gracias a mi Dios por no habernos estrellado. ¡Te debo otra
jefe! Enseguida, un microbús nos recogió y nos llevó has-
ta el aeropuerto. Allí esperé un rato, escasamente quince
minutos, hasta que salió mi equipaje por la cinta transpor-
tadora y recogí mis pertenencias. Apenas había gente en
aquel aeropuerto, todavía no había empezado la temporada
alta de los meses de verano, así que el tráfico de viajeros
era escaso. La verdad, me había hecho ilusiones. Me había
creado una imagen de Mahón distinta, quizá una imagen
idílica, ficticia e irreal; pero lo cierto es, que me llevé un
pequeño gran chasco, nada más tocar tierra. Ese viejo ae-
ropuerto..., triste y demacrado..., al igual que el avión que
me había traído..., desprovisto de viajeros y movimiento...,
desangelado... y fúnebre... No, no me había gustado.

                            2 pag 15

Era un edificio no muy antiguo, de tres plantas, con
grandes ventanales de madera, con la pintura verde des-
conchada y los cristales sucios. Parecía acogedor el edificio,
pero se notaba que los dueños no eran muy amigos de la
limpieza. Pensé que a lo mejor pasaba como en los cárme-
nes de Granada, que son austeros por fuera, en apariencia
humildes, pero que dentro del cofre guardan su acogedora
belleza. Me empezó a picar la nariz..., mal asunto. Subimos
las escaleras tirando de la pesada maleta. Su casa estaba en
la primera planta, primer piso a la izquierda, menos mal
pensé. Al abrir mi amigo la puerta, me encontré con un piso
oscuro, de techos altos, bonito en su estructura, pero «in
the dark». Las habitaciones eran grandes y soleadas, pues
daban al exterior, y tenían unas grandes ventanas, pero casi
siempre estaban cerradas. El comedor era pequeño, y daba a
un ojo de patio que comunicaba con el bar de abajo, por lo
que Ángel tenía la mayoría de las veces la ventana cerrada.
Así que el salón era ciertamente siniestro. En fin, un piso
de soltero poco curioso. Todo revuelto, tirado, las camas sin
hacer, cajas por medio, basura acumulada; desorden de una
promesa de artista.

                  
3 pag 36

Me fumo otro cigarro. La pastilla está haciendo su efec-
to, está indicada para casos de esquizofrenia, pero el psiquiatra
me dice que para mi caso también viene bien. Aunque yo lo
dudo. Después de dos años de tratamiento aún no sabemos qué
es lo que me ocurre. Aunque yo se lo he explicado varias ve-
ces... Él vive en el mundo cerrado de su consulta, sus copazos
y cenas con los amigos del gremio, sus pacientes adinerados y
depresivos, sus viajes de negocio y placer a congresos en las
antípodas, su billetera bien llena, sus fármacos recomendados
por las grandes compañías farmacéuticas que son las que pagan
y patrocinan, y su mediático Sigmund Freud de cabecera, que
siempre da un aire más cinematográfico a las situaciones trau-
máticas de los loquitos. Apago la música, me está empezando
a rallar y todavía es muy temprano. Recojo mi cuarto, me lavo
la cara, me cepillo los dientes, me echo agua en el pelo, cojo la
mochila... Me recuerdo: «Le tengo que decir a Ángel que me
haga una copia de las llaves». Me las ha dejado encima de la
mesa del comedor, pero son las únicas que tiene. Sigo cogiendo
cosas, el móvil, el carné de identidad, dinero suelto, la tarjeta
del banco. Ya estoy preparado. Abro la puerta del piso, cierro
con llave, bajo las escaleras, abro el portón. Respiro profunda-
mente. Ya estoy en la calle.
«Good morning», isla bonita.




                   4 pag 68

Sí, aborrecía la hostelería. Por ese mismo respeto que te-
nía a los alimentos, a la cocina en sí, a sus propiedades medi-
cinales, a la importancia tan enorme que representaba para
nuestra salud, a la conciencia de saber lo que es el hambre.
A la conciencia de saber, que tres cuartas partes de la hu-
manidad, tienen como objetivo diario, buscarse la vida para
poder comer, tan sólo un plato al día...; mientras en nuestras
cocinas occidentales, había visto herejías, profanaciones y
ultrajes a los alimentos, tirados, tratados como pienso para
los cerdos... Saber, a ciencia cierta, las barbaridades que se
cometían en las granjas de animales, en su trasporte, en su sa-
crificio; en los mares; en los campos. ¡Qué barbaridad! Todo
esto me hacía aborrecer la hostelería.


4.1           pag 107

Claro está, que yo para ellos era un gilipollas, un
payaso, un estúpido... A la gente no le gusta que le digan la
verdad. Y eso lo saben los políticos del mundo entero, por
eso mienten al pueblo; que mientras tiene cubiertas sus nece-
sidades materiales [coche, piso, vacaciones, televisor y todos
sus complementos], por lo menos, aparentemente... es feliz,
y les importa un comino que les mientan sus dirigentes. Pero
eso es lo que importa, ¿no...?, la apariencia. Lo de menos es
que nada sea tuyo y que tu vida dependa de un banco. Todo
va bien, como se suele decir: «ande yo caliente, ríase la gen-
te». Y yo para ellos era eso, un gilipollas que no entraba en
el juego. Montones de veces he escuchado decirme: «bueno
vale..., pues cuando pase ya pasará..., no nos vamos a amargar
la vida ahora», cuantas veces... Ya te digo, me entristecía esta
postura para conmigo..., muchos años tarde en comprender-
la, pero ahora que ya la comprendo..., he llegado a una con-
clusión, y aún auto dictamen, que me callaré.

4.2            pag 117

Viene entonces a mi memoria el poema de Goytisolo,
de su libro Palabras para Julia. Ese poema que desde niño tan-
tas veces escuche en la voz de Paco Ibáñez.
«Pero tú siempre acuérdate,
de lo que un día yo escribí,
pensando en ti,
pensando en ti,
como ahora pienso.
La vida es bella ya verás,
como al pesar de los pesares,
tendrás amigos, tendrás amor,
tendrás amigos....»
Tendrás amigos... Amigo es el que te ayuda cuando lo ne-
cesitas. El que te aconseja si le pides consejo, con la inten-
ción de ayudarte. Amigo es el que te defiende si te injurian,
el que no pretende hundirte, el que te quiere. Amigo es el
que te ofrece su amistad sin ánimo de lucro, sin esperar un
beneficio. No es aquel que sólo está ahí cuando tú estás en la
cumbre, el que se pega a ti como una sombra en las fiestas, en
los buenos momentos. Amigo es el que viéndote una herida
trata de curarla, no el que la golpea para que la herida crezca
y se gangrene.

                  
5 pag 122


Andalucía, Andalucía es así, un polvo en el Rocío
y otro en la Feria de Abril. La coca inunda España, media
Europa, parte de Asia, y toda América. En China, si te metes
una raya y te pillan, te cortan el pescuezo. Los chinos son así
de radicales, aunque está cambiando la cosa en el país
de los pandas. Lo que es verdad, según los expertos,
es que España es el puerto de entrada de la coca en Europa.
Aunque hay mucha costa en Europa, ¿no? A lo mejor es que
por aquí es más fácil meterla. Donde hay turismo, hay dinero,
hay coca. Donde hay construcción y especulación, hay dinero,
hay coca. Donde hay dinero y fiesta, hay coca. Donde hay
aburrimiento, hay coca. Coca..., coca..., coca..., y no es con cola.
Y claro está, donde hay prohibición, hay vicio y corrupción.
Y si hay mucho dinero en juego todo se corrompe. Así el
Estado se corrompe desde sus cimientos. Y un Estado, y dos, y
tres, y cuatro, y cientos... Al final, hay tanta corruptela que es
imposible mantener un Estado sano.

                  
                   6 pag 125

El país, líder en este negocio, se llama Estados Unidos
de Norteamérica. Allí donde emigraron, o huyeron, miles de
personas en busca de trabajo, de un futuro prometedor... O
por patas, como se dice en lengua vernácula, huyendo como
almas que persigue el Diablo de sus países de origen, por dis-
crepancias con sus respectivas «iglesias». Es curioso, cómo a
partir de 1492 empiezan a surgir nuevas corrientes religiosas.
Un mercado nuevo, el continente Americano, un pastel muy
grande para un solo comensal. ¡Hostias! Y empiezan a surgir
nuevos interpretes de la Palabra, nuevos Profetas: «que si en
este punto no estoy de acuerdo, que si tú te lo llevaste dobla-
do por aquí, que si tú eres un pedazo de mamón ladrón, que
si tú no me mandas a mí..., que si qué coño te has creído tú,
cretino..., además tu madre era una hija de puta..., una bru-
ja..., ¡que como no te vayas de aquí, te quemo en la hoguera,
cacho de cabrón!, que si me cago en tus muertos...». ¡Coño!
Rivalidades fuertes que crean nuevas corrientes y guerras de
independencia. Y pasa el tiempo..., y ahora la nueva religión
se monta su escuela..., luego su universidad..., luego el chi-
ringuito..., la sala de juegos..., y luego..., amplía y amplía el
negocio hasta donde la ley permite. ¡Sí señor, el que la sigue
la consigue! Pero el santón, el gurú, el guía espiritual; un día
se va el pobre al otro barrio, muere, fallece, finito.


6.1          pag 195

El problema estaba
dentro. Las tuberías estaban podridas. Sólo había una solu-
ción, cambiarlas completamente. Pero, mientras tanto..., se
iban arreglando las cosas chapuceramente. Pero a mí no me
llegaba el agua nunca. Y lo que es peor, todos me veían como
el culpable de mi situación. Yo era el gran fracasado. Trágica
palabra: «fracaso»; pero a su vez romántica y soñadora, pues...
sólo pueden fracasar, los que luchan por un sueño.



                   7 pag 203

Esa noche me drogué. Necesitaba olvidar, necesitaba
desaparecer. Ni siquiera quería estar conmigo mismo. Me
tomé mi pastillita Seroquel 300 mg para regular mis niveles
de serotonina, y dos «Lexatín» para tumbar a mi sistema ner-
vioso. Aleluya. Menudo colocón de tranquilizantes que me
di. Si hubiera sido un caballo me hubiera tumbado sobre la
paja caliente y hubiera soñado con yeguas con los chochos
gorditos y prietos. Pero como no era un caballo, ni un came-
llo, ni «Aute», ni un unicornio azul alado..., que tan sólo era
un humilde extraterrestre; me subí en un cometa lleno de
polvo estelar y me di una vuelta por el universo a ver cómo
andaba la cosa... JODIDA, así que me aburrí y me bajé.

        
8 pag 225

«Mamá se acabó el trabajo». ¿Cómo?, me respondió.
Podía ver su expresión, sus ojos enfurecidos, su piel al borde
del nicho, su rabia por el hijo que tenía la desdicha de tener.
Era como si estuviera frente a ella, viéndola..., la percibía
perfectamente..., ahí sentada en el sofá, teléfono en mano,
mirando a su marido con cara de rabia, diciéndole con la
pupila que de nuevo el Iván la había cagado, que menudo de-
sastre de hijo, que menudo fracaso de hijo, que menudo sub-
normal de hijo..., que maldita sea haberlo parido. Seguí con
el protocolo, con los buenos modales fingidos y las verdades a
medias. Le dije que no se preocupara, que la isla estaba llena
de ofertas de trabajo, que ya estaba buscando otro curro. Ella
hacía los silencios de la muerte, esos silencios afilados como
hachas preparadas para la guerra final.
—¿Se lo has dicho a tu padre?

                   9 pag 231

Hay tres formas de tomarse las cosas que te van ocu-
rriendo en la vida. La primera, a la tremenda. La segunda, a
lo viva la virgen. Y la tercera, a la de ni calvo ni tres pelucas,
o como otro refrán dice, ni Juan ni Juanillo.

                  
10 pag 235

Pensando que mi amigo, mi viejo y desconocido
amigo, también me había traicionado. Pensando que él tam-
bién formaba parte del gran complot.
¡Ay! ¡Ay! ¡Dios mío! ¡Deja que me amen!

                   11 pag 253

El mundo es una mierda, lo mires por donde lo mires. A
nadie sorprende la afirmación: el mundo está gobernado por
corruptos (palabra fina donde las haya), hipócritas y farsan-
tes, personas sin corazón dispuestas a todo para seguir mante-
niendo su poder. A nadie sorprende: los gobiernos son meca-
nismos del poder para controlar las libertades. Aunque esto
dé como resultado construcciones futuras llamadas búnker.
El mundo es una mierda (di que me quieres Montserrat, aunque
sea mentira, yo te estimo), aunque esto no sorprende a nadie,
sobre todo los días nublados de lluvia.


11.1     pag 253

Un día...,
Humanidad quedó moribunda, tirada en la calle como una
perra vieja recién parida, seis cachorros muertos, extenua-
da por el dolor del parto y la imagen de sus crías muertas.
Humanidad, con sus grandes tetas llenas de leche agria, vaga-
bundeaba pidiendo ayuda, bebiendo de los charcos sucios que
había dejado la contaminación y la lluvia ácida. Humanidad
vieja, desahuciada, inservible, mal parida. «¡Ayuda!», gri-
taba entre aullidos. «¡Ayuda! ¡Por favor...! ¡Ayuda! ¡Que
alguien me ayude!», pero la gente pasaba impertérrita y ni
siquiera se paraba a contemplar la escena.

11.1.1                      pag 259

Yo era un pequeño pez de
acuario en un mar de tiburones, sin posibilidad alguna de de-
fensa, expuesto a la voluntad caprichosa de un destino que
siempre jugaba en el bando enemigo. Lo sabía perfectamen-
te. Yo era el David bíblico, pero frente a mí no había un solo
Goliat, había un ejército de ellos. Yo era el Rey David, sí, y
mi arma seguía siendo la honda. La tierra seguía manando
guijarros que me servían como proyectiles, pero el enemigo
había avanzado en su tecnología y su número, y ahora conta-
ba con potentes ordenadores, capaces de analizar las distintas
posibilidades de trayectoria de las duras y fuertes piedras que
yo pudiera lanzar. Claramente..., el noventa por ciento de
las posibilidades de ser derrotado jugaban en mi contra, sólo
un diez por ciento de posibilidades de victoria me mantenía
aún erguido, sólo dos palabras mágicas jugaban a mi favor. La
guerra había empezado.

        
11.2     pag 259

La mañana de ese martes no me acuerdo lo que hice. Sé
que sólo me dedicaba a ver pasar las agujas del reloj, obser-
vando cómo se consumían las horas, mientras sentía en las
ranuras de mis uñas cómo una plaga de sanguijuelas negras
se iban introduciendo dentro de mi cuerpo. Las podía sen-
tir perfectamente. Al mirar mis dedos no había nada, pero
estaban ahí; sólo con cerrar los ojos las podía ver..., negras,
brillantes, gordas, resbaladizas. Babosas y repugnantes saban-
dijas metiéndose lentamente en mi interior, escarbando en
mi carne y devorando poco a poco mis entrañas; un picor
intenso y ardiente difícil de describir que me mataba.

11.2.2                      pag 265

Estaba en estado crítico, había quemado
las últimas naves, mi despensa de esperanza se había acabado.
Estaba triste, muy triste, eternamente triste. Lloré desgarra-
do; lloré profundamente porque en el fondo de mi corazón
no quería morir. No quería morir, amaba la vida. Buscaba
un halo de aliento, pero no estaba la pequeña ventana de mi
esperanza, ni mi estrella madrina. Estaba loco. Loco de atar.
Desquiciado. Me mordía los puños y los nudillos con rabia.
Mi impotencia era infinita. Los minutos infernales pasaron
deprisa y, cuando menos lo esperaba, Ángel llamó a la puer-
ta. ¡Aleluya! Había llegado justo a tiempo, un minuto antes.
¡Aleluya! Mi estrella había salido de su escondite para volver
a gobernar el caótico cielo. ¡Aleluya! Ángel, con su repenti-
na llegada, me había salvado de una muerte segura.

                  
12 pag 326

Vuelta a casa.
El humo contiene benceno, nitrosaminas, formaldehído,
cianuro de hidrógeno, además de otras mierdas que se ca-
llan por vergüenza. Qué buenos son «los titos Paco» que nos
advierten que fumar mata, cómo se preocupan por nuestra
salud, son unos santos.

                   13 pag 335

Minutos más tarde, estábamos en
tierra firme, todos sanos y a salvo.

                  
14 pag 338

No así..., tengo que reconocer, que si algo bueno tenía esta
indiferencia por lo individual, era que a nadie le importaba
un rábano quién fueras, o lo que hicieras, o dejaras de hacer.
Lo que suponía (a priori), que cada uno andaba a su aire y no
lo iban jodiendo con esto o aquello, como en las habladu-
rías insanas y aburridas de los pueblos. Pero «las batidoras»
también tenían su lado negativo; la falta de identidad ante la
universal mezcla, ese importar un rábano... En este espacio
de nadie, se podía encontrar la soledad más destructiva, la
ignorancia por el ser, y el vacío más escalofriante y terrible;
aún estando rodeado por multitud de personas, uno se podía
sentir totalmente solo y aislado. Aquello era la jungla, la su-
pervivencia extrema del siglo XXI.
¿Y ahora qué...? Debía de esperar en el aeropuerto, cuatro
horas, hasta que saliera mi último y definitivo vuelo hacia
Granada. Cuatro horas. Pura eternidad que no es olvido.




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