HABLEMOS DEL TONTOPOLLAS
El Bosco
(Artículo publicado en el periódico IDEAL de Granada el 23 de junio del 2025)
HABLEMOS DEL TONTOPOLLAS.
Y llegados a este punto de crucial importancia entramos realmente en un asunto que nos atañe a todos de una forma u otra, siendo este un término de especial complejidad y tan difícil de sintetizar que ni el más evolucionado del los chatGPT ha llegado aún a conclusión alguna. Sería necesario para tratar este concepto, que es por si mismo una materia, establecer una cátedra de especialistas acreditados y con larga experiencia, o como mínimo un máster con sus créditos correspondientes, para entrar en un universo tan vasto y difícil de explorar. Sería necesario un equipo al menos básico para empezar de especialistas en distintas ramas del saber humano para abordar desde distintos frentes este enigma.
Vayamos a lo más evidente, nos encontramos desde un punto de vista etimológico ante dos palabras unidas, dos palabras que se pierden en los orígenes de la humanidad, pero que han llegado hasta nosotros, seguro del indoeuropeo, pasando por el filtro de la lengua antigua griega y latina. Ya tenemos un punto de partida, quizás pudiéramos dividir el calificativo, tal vez sustantivo o pronombre, incluso podríamos aventurarnos y tratarlo como verbo. Decía que de seguro estamos ante un término indoeuropeo, con reminiscencias en casi todas las lenguas modernas del mundo, o en tal caso con diferente caligrafiá e igual concepto popular en todo el orbe. ¿Estamos acaso ante una palabra universal? Tal vez sí. Todos lo vemos claro en un primer vistazo, adivinamos dos palabras, tonto y pollas. El tonto es un término más cristalino pero el pollas encierra mucha miga, porque este segundo es como el delta de un gran río del que surgen innumerables brazos prácticamente imposibles de abarcar, pero con la ayuda de la nueva computación seguro conseguimos encauzarlo en una fórmula magistral que sea unánime y aceptada con el acuerdo de todos. Solo tenemos que poner un poquito cada cuál de nuestra parte.
Tema complejo este tontopollas. Pero dejémoslo aquí, por ahora, y quedémosno con este calidoscopio de lluvia de ideas improvisadas, porque no son fechas, y con estos calores los plomos del cerebelo saltan que da gusto como las rosetas de maíz.
Esperemos por tanto se haga realidad más pronto que tarde esta ansiada y necesaria cátedra, que tantos años llevamos esperando. Un congreso al menos para establecer una ruta. O como mínimo ese máster tan añorado con sede en Granada, la ciudad de la Alhambra a los pies de la inmutable Sierra Nevada.
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